Elegante e intenso; caracteres en perfecta armonía. Un vino hecho al milímetro que se distingue a su vez por su extraordinaria frutosidad, que delata una esmerada selección de materia prima. Frutosidad en la que aparece muy bien integrada una selectísima crianza en madera, con un tostado que se plasma con sutileza, también cacao. Tiene vida, tiene cuerpo, tiene complejidad, tiene tanicidad…y tiene, por encima de todo, una redondez que impresiona. Se atisba chocolate, regaliz y notas minerales. Potencia y acabado.
100% tempranillo. Pasó 21 meses en barricas: los 12 primeros en nuevas de roble americano y los 9 posteriores en roble francés también recién estrenado. Pasó a cristal el 3 de enero de 2004. 30.000 botellas.