Se aprecia como siempre y hasta más que nunca la buena materia prima, el linaje de la uva, que se ve favorecido por la bondad de la añada. Frutosidad aromática y gustativa, que se trasluce en cantidad y calidad, también en franqueza y personalidad, atesorando un encantador carácter. También queda patente la tonelería de Muga, que en este caso muestra unos sutiles tostados que acentúan la identidad. Gran concentración sápida, carnosidad, tanicidad y muy conjuntado; tiene el marchamo de un gran vino.
Como siempre, se compone de: 75% tempranillo, 15% mazuelo y 10% graciano. Permaneció 6 meses en tinos, a continuación estuvo en barricas de robles francés 18 meses, más otros 6 en depósitos de 16.000 litros de roble. Ingresó en cristal en mayo de 2012. 50.000 botellas.
Este 2e cru classé ofrece una relación calidad-precio interesantísima. Potente, sustancioso, estructurado y tánico, pero con esa elegancia innata y aprendida, ese refinamiento francés que distingue a los vinos de Burdeos y que les ha encumbrado a la gloria. Terruño y saber hacer.
Por la nariz y...
