Impresiona la sustanciosidad que atesora este vino para ser un Rioja. Impresiona también su estructura. Además es cálido y, hoy por hoy, posee marcada tanicidad, que irá puliendo con el tiempo. Sobresale la nobleza. Tiene raza y está sazonado conceptualmente. Intenso y persistente, muy complejo, en el que se aprecia una fruta negra dulce que aúna acidez y amargor. Es un cómputo de todos esos factores expresados con suma intensidad. No hay que buscarle motivos, la clave está en la excelencia.
100 % Tempranillo. 16 meses de crianza en barricas de roble francés, 50 % nuevas y 50 % de segundo vino. En cristal desde mayo de 2008. 145.000 botellas.
Este 2e cru classé ofrece una relación calidad-precio interesantísima. Potente, sustancioso, estructurado y tánico, pero con esa elegancia innata y aprendida, ese refinamiento francés que distingue a los vinos de Burdeos y que les ha encumbrado a la gloria. Terruño y saber hacer.
Por la nariz y...
