Muestra una vocación y un estilo y se sustenta en una gran añada. Elegante, con carácter y complejidad. Hay fruta, con casa y madurez, que le confiere nobleza y se aprecia una buena elaboración, que le impregna de tostados muy equilibrados, con un deje a café. Esta emotiva sensación aromática se traduce en la boca, en la que se palpa su buena estructura, con delicadas notas ácidas y tánicas, que contribuyen a acentuar el frescor; resulta envolvente y largo.
100% tinta fina. La crianza, en barricas de diferentes tamaños de grano y tostado, hasta nueve, duró un año. Pasó a cristal en mayo de 2002. 48.000 botellas.