Ostras de diferentes procedencias y tamaños, siendo especialmente interesantes las Gillardeau o el surtido. Ostras y tres logradas y copiosas choucroutes, más o menos carnales, con más o menos tropiezos, aunque todas en similar sintonía, tanto de la col como de la charcutería, ciertamente selecta. Una ración sacia a dos. Para mayor encanto, en una terraza en los Campos Elíseos. Van bien el champán de la casa y algunos vinos de Alsacia. Notable alto, lo dicho, los platos elaborados no pasan de comestibles. Por tanto, hay que centrarse.