Rosa Luz y Alejandro Rui-Sánchez
País: España
Localidad: 33560 Ribadesella (Asturias)
Dirección: Ctra. de la Piconera, s/n
(+34) 985860553
restaurante@lahuertona.com
Cierra: Lunes noche, martes excepto julio y agosto, del 15/2 al 28//2 y del 1/10 al 10/10
Precio: 60 / 90 €
Precio menú degustación: 50 €
Esta antigua sidrería situada en la serpenteante carretera que discurre entre Ribadesella y Junco y que ha sido reconvertida en bonito restaurante con comedor en ladrillo visto, grandes ventanales y confortables mesas elegantemente vestidas, continúa siendo un destino gastronómico muy recomendable, más aún cuando la cocina regional española reverdece laureles. Como propietario y factótum del establecimiento ejerce José Manuel Viejo, que personifica la inteligencia y el buen hacer de la sala, mientras que en la cocina, su esposa Rosa Luz Rui-Sánchez y su hermano Alejandro recrean a la perfección algunas de las mejores recetas asturianas y españolas, que han sido actualizadas con gran armonía y buen gusto. Las claves de su trabajo son una gran calidad en los productos del mar y la montaña que emplean, la encomiable exactitud de los puntos de cocción escogidos y la autenticidad de su sabor, a lo que se añade esa exquisita delicadeza que sólo está al alcance de unas pocas cocineras.
El menú ideal debe comenzar por alguno de los privilegiados productos a los José Manuel Viejo tiene acceso y cuyas indicaciones es recomendable seguir, como la colosal tosta de jamón Joselito con tomate y aceite de oliva, los excelentes percebes, exagerados de tamaño y sabor, las sabrosas andaricas (nécoras) o los deliciosos camarones. A continuación es interesante catar alguna de las actualizaciones de platos populares españoles, como la potente porrusalda, el buenísimo pulpo a la gallega con alioli y patatas chips que proporcionan un llamativo contraste de texturas, los rústicos calamares fritos con ajo, las sibaríticas combinaciones de croquetas de manzana reineta con hígado fresco de pato o brochetas de boletos en tempura con crema de espárragos trigueros y el rústico huevo escalfado con pantrucu y picadillo de chorizo. Y, por supuesto, alguno de los excelentes guisos de la casa como la suculenta marmita de bonito o la fabada, que, en lugar de emplear fabes frescas congeladas, aquí se borda a partir de unas magníficas semillas secas, muy cremosas y sin rastros de hollejo. Para finalizar el festín, algunas espléndidas alternativas son la merluza de pincho, ya sea a la plancha, o con almejas, el magnífico lechazo asado al horno, de carnes mantecosas y crujientes, o el estupendo pichón sangrante con puré de sus interiores, de enorme sabor y justeza de hechura.