Cuando alguien que ama la cocina se sienta a la mesa, puede buscar otros placeres además del puramente palatal.
El olfato, la vista, el oído, incluso el tacto, exaltado en el mundo del finger food, pueden ampliar el placer de una experiencia multisensorial. Y ya que hablamos de los 5 Sentidos, alguien ha tenido la idea de dedicarles un restaurante, el 5 Sensi, en Malo, en el centro del Véneto. Morgan Pasqual es un cocinero con la cabeza rebosante de creatividad bien temperada.
Tiene los pies anclados en el suelo y sabe divertir con propuestas que varían a menudo y tocan todos los puntos cardinales de la sensorialidad gastronómica, empezando por el pan y las galletitas de deliciosos sabores (excelentes las de salchicha) que se untan con una original “mantequilla” de aceite de Marche.
Entre los aperitivos, nos divierte el Patanegra de Joselito, aunque tampoco hay que perderse el “Scopeton”, es decir, el arenque ahumado. La memoria lo asocia con la polenta, que aquí aparece en varias elaboraciones, de las que sin duda la más lograda es la que acompaña a huevos y espárragos.
Se produce una divertida jam session en la que “la gula” conquista el paladar entre ahumados y salazones bien equilibrados. El toque genial consiste en utilizar el humilde arenque en láminas finas, como si de una noble mojama se tratara.
Entre los primeros predominan las Pastas y las Sopas. De nuevo, encontramos un vínculo de unión con los ahumados en una deliciosa Sopa de cebada, guisantes y fondue. La Crema de patatas con caracoles constituye una lograda combinación entre el mundo vegetal y el animal. Especialmente sabrosos los Raviolis de conejo y foie gras con hierbas silvestres. Lo divertido es que te aconsejan que los degustes con una cuchara…
Ésta es, tras la sabia aplicación del retrogusto ahumado, la segunda característica, condicionada quizá por su origen friulano, de este cocinero con nombre de pirata, Morgan, pero con una cocina reconfortante e innovadora. Aquí, la cuchara es un cubierto muy valorado para recoger todos los matices que puede ofrecer un plato.
La presencia del Pescado es ecléctica, según la disponibilidad del mercado, si bien la región está estrechamente unida a las carnes. Entre las de vacuno, predomina la fassona piemontese, tanto con un insólito Picadillo de diafragma, como con piezas más tradicionales. Resulta muy interesante el cordero, de una originalidad compleja. Y excepcionales, por ejemplo, los Gnummarieddi: pequeños caramelos de asadura de cordero muy arraigados en la tradición del sur de Italia.
Otro de los éxitos de Morgan, el pirata cocinero, es haberse casado con una mujer del Sur, lo que ha aderezado su cocina con hierbas y especias, perfumes cálidos y mediterráneos.
Llegado el momento de los Postres, se sigue disfrutando del placer. En una interpretación de clásicos de la pastelería italiana, como por ejemplo los pistachos o el tiramisù, se encuentran originales y exquisitas propuestas, entre ellas el “Tiramisù horizontal”, con un helado de mascarpone que remite con mucho acierto al sexto sentido, el de la memoria.
La Carta de Vinos es corta, pero está articulada con precisión. Algo poco habitual es la excelente selección de cervezas artesanales, de las que Morgan es un experto, así como los numerosos aceites, representativos de todas las realidades olivareras de Italia y presentados en un carrito aparte.
Ambiente cuidado, informal. El Servicio ofrece una sinergia muy positiva con todo cuanto sale de la cocina. Sin embargo, a pesar del excelente nivel alcanzado, el “5 Sensi” todavía es un local en progresión.
El nombre es acertado y apunta la filosofía de un cocinero de marcada personalidad, que se presenta al cliente de forma amena y delicada, expresándose a través de sus platos, con matices y cuchara incluidos.