Sanchez Romate, Hnos.
Tonalidad tirando a ciruela, intensísima, con ribete más rojo que verde. Huele a Pedro Ximénez, a pasas madurísimas, que proporcionan una entrada de boca confitada muy placentera. A continuación se produce un contraste curioso con la impresión alcohólica (42 grados), que se acentúa por la placidez y melosidad inicial. Deja el paladar marcado por tan significativo choque, además de por su enorme complejidad, pudiendo sonar referencias y referencias. Único. Lo que ha perdido en genialidad lo ha ganado en perfección.