Sanchez Romate, Hnos.
Supera ligeramente al Cardenal Mendoza. Muestra un ensamblaje divino: la personalidad de un Pedro Ximénez de excepcional calidad, pasa vieja torrefactada y ciruelas, con la madera, derivando a una complejidad inaudita. El alcohol, que suele sobresalir mucho en los brandies dulces, está muy integrado en el todo, mostrando una calidez armónica. De extraordinaria singularidad y nobleza. Y de una oscuridad aterradora. A lo dicho, genial en su exceso de dulzura, un Pedro Ximénez hecho brandy de superlujo. Envejecimiento medio: 30 años.