Joël Robuchón & Rafael Garcia Santos Stand Jamones Joselito



Presentación Quincenas de las Tapas, Salazones y Vinos Alicante

















































8,5

Malling & Schmidt

Thorsten Schmidt
Thorsten Schmidt
Nazionalita: Dinamarca
Localita: 8240 Risskov
Indirizzo: Grenåvej 127
mapa
(+45) 86177088
Chiusura:: Domingos y lunes
Prezzo: 80/150 €
Menu di degustazione: 47, 93 133 €


  • Yogur de eneldo y mantequilla de escaramujo
  • Yogur de eneldo y mantequilla de escaramujo
  • Patatas con caviar
  • Patatas con caviar
  • Cigala cruda con prensado de sus caparazones y pepino con grosellas silvestres
  • Cigala cruda con prensado de sus caparazones y pepino con grosellas silvestres
  • Patatas nuevas con yema de huevo ahumada, paja deshidratada y queso
  • Patatas nuevas con yema de huevo ahumada, paja deshidratada y queso
  • Tartar de ciervo a las especies con vinagre de frutos del bosque y fondo de jaba
  • Tartar de ciervo a las especies con vinagre de frutos del bosque y fondo de jabalí
  • Hierbas y su clorofila con helado de trigo
  • Hierbas y su clorofila con helado de trigo

 Thorsten Schmidt es un joven cerebral muy en sintonía que la cocina naturalista escandinava tan en candelero. Cuenta con un huerto con 184 variedades de plantas que traslada a sus platos que marcan la diferencia en ese espíritu verde y en los sabores desconocidos que proyectan. Construcciones requetepensadas siempre elegantes y armónicas. Estamos ante un perfeccionista que mira al paisaje con erudición e imaginación, nunca con osadías. Todo resulta impecable. Valga como testimonio los aperitivos. El yogur de eneldo es la “mejor nata doble agria” que recordamos. La mantequilla de escaramujo cambia la historia de la mantequilla sin alterar su sustancia, la viste de naranja y le da un tono refrescante derivado de la acidez. Las patatitas asadas rellenas de caviar tienen rigor y máximo producto.
Fabulosa la cigala cruda con pinta de entera si bien aparece cortada en cuatro o cinco pedazos, reconstruida. Manjarosidad exultante de vivacidad. Se acompaña de un prensado emulsionado de su caparazón con pepino en el que nadan trocitos de este y grosellas silvestres o uvas espina. Por encima aparece engalanada con sumo talento y con colorido vegetal: berros escandinavos, algas, hierbas, flores…que embellecen y ponen fantasía a su majestad el marisco.
Thorsten Schmidt enarbola la bandera de la humildad y del rusticismo, eso sí, aterciopelado, sedoso, para lo que tiene un don innato. Exquisito gusto y equilibrio que vuelven a constatarse en las pequeñas patatas nuevas cocidas con yema de huevo ahumada, un lecho de paja deshidratada, lascas de queso Svendbo, especias y otros realces. Un condumio campesino convertido en una exquisitez cultísima.
La capacidad de sorprender esta siempre presente en el quehacer del este sesudo chef. Tartar de ciervo, adornado con una costilla, emulando a esta, que se aromatiza con un cóctel de especias autóctonas que se elabora delante del comensal, de embriagadores aromas, que se magnifica con dos salsas tradicionales reinventadas: un fondo de jabalí y un genial vinagre de frutos del bosque. La cocina de caza clásica renacida y en crudo.
Y la pasión por los prados se traslada al postre: en un almirez el comensal maja un manojo de hierbas aromáticas, les saca la clorofila y, todo esto, pone frescor a un supercremoso y nítido helado de trigo. No se relama; pruébelo antes, superara las expectativas con creces. Locura por el bosque que tiene vivencias fortísimas en el helado de roble con sus virutas, la madera invade la nariz y en la boca.
Thorsten Schmidt, aun joven, esta llamado al sobresaliente, que puede alcanzar ya.



8,5

Geist

Bo Bech
Bo Bech
Nazionalita: Denmark
Localita: 1050 Copenhagen
Indirizzo: Kongens Nytorv, 8
mapa
(+45) 33133713
Chiusura:: Always open
Prezzo: 60/110 €
Menu di degustazione: 75 €


  • Aguacate con aceite de almendra marcona y caviar
  • Aguacate con aceite de almendra marcona y caviar
  • Ensalada de espinacas y otras hierbas silvestres
  • Ensalada de espinacas y otras hierbas silvestres
  • Quisquillas crudas, leche de cabra ahumada, sauco, germinado de berros y puerro
  • Quisquillas crudas, leche de cabra ahumada, sauco, germinado de berros y puerro
  • Tomates asados con cangrejo real
  • Tomates asados con cangrejo real
  • Cigalas con aceite de nueces, cerezas y flores de cebollino
  • Cigalas con aceite de nueces, cerezas y flores de cebollino
  • Espárragos con yema de huevo y mantequilla y yorgur quemados
  • Espárragos con yema de huevo y mantequilla y yorgur quemados
  • Tartar de solomillo y corazón de ternera con salsa de ostras
  • Tartar de solomillo y corazón de ternera con salsa de ostras
  • Coliflor con salsa de trufas y trufa rallada
  • Coliflor con salsa de trufas y trufa rallada
  • Anguila ahumada caliente con berros, cebolletas y yogur al raifort
  • Anguila ahumada caliente con berros, cebolletas y yogur al raifort
  • Mollejas con azucar y mostaza
  • Mollejas con azucar y mostaza

  Bo Bech opened this restaurant in April 2011. A restaurant aimed at everybody, regardless of race, wealth and tastes. This is a really special gastrobar, probably the only one of its kind you can find in the whole world that can rival with Vuelve Carolina and L’Atelier. You can both eat in an informal atmosphere sitting at the huge bar that surrounds the kitchen, or gazing at the wonderful square it is located on, one of the most important and attractive in the city. You can also opt for the dining room, more formal, or for the inner terrace. 200 guests come along on a daily basis and leave the place thanking the gastronomic gods for the great moment the have spent.
Bo’s cuisine can’t be compared to any other, except its meats section which, despite of having character, doesn’t propose any impacting constructions. Originality, infinite and extreme elegance, with subtle contrasts that don’t lead to any controversy. Silky creativity. The best word to define the chef is “talent”. Yes, “talent”, definitely. I would even say “TALENT”. An good example of the cook’s imagination and essentiality is the cake-like square of thin slices of avocado, lubricated and polished with Marcona almond oil and magnified with a little quenelle of caviar, which gives a sapid and salty touch to the naturality of the avocado. The guest can chose whether eating the ingredients separately, or mixing them all; playing or discovering. Audacity is also present in the succulent –utterly succulent– green –utterly green– salad. The Scandinavian shrimps, extremely fresh and raw, served with smoked milk, burnt leek, elder and watercress sprouts is another demonstration of fantasy in the form of a sun: under a pile of tomato hearts and seeds, previously cooked with their juice like a sauce, a king crab salad awaits the guest. An unprecedented –like almost everything in this place– vision of tomato that is really impacting and appetizing; very warm on the palate. At that point of the meal, we called the chef, gave him two kisses and tempted him: “We are entirely at your disposal. Just do anything you want”. He answered: “Anything I want, really? Let’s go on then”. At that moment, a grilled Norway lobster impregnated with peanut oil, many cherries and flowers of spring onion came up. Majestic! I mean the composition, not the seafood. I mention this because Bo breaks with the established values and uses caviar, king crab and Norway lobster as complements of vegetables, which are the real main characters, considered as top quality products, regardless of the humility they are associated with. In other words, vegetables take precedence over meat. Bravo. And the reflexive crazy proposals went on: al dente asparagus, pertinently cooked with egg yolk and butter, and burnt yogurt; tartar sirloin steak and veal heart with oyster sauce; and so on. We couldn’t help calling the chef again to ask him: “Isn’t there anything classical in this house?”. Five minutes later, the best mushroom consommé we had ever tasted came up –we frankly don’t remember eating any better one. Not content, the chef brought a tough, tasty and medium cooked cauliflower, laid onto a truffle sauce and covered with some more grated truffle. Our eyes glowed and our mouth started dancing when we saw the turbot with yogurt sauce and raviolis filled with fennel cream and cow cheese aged in straw. A real blaze of glory. This idyllic madness was followed by a scene that can be considered as gastronomic sadomasochism: smoked eel heated at low temperature with wild watercress, grilled baby spring onions and horseradish yogurt. If you like vice, I mean real vice, then you are ready for major culinary sensations. This artistic and nonconformist feast was completed with some lamb sweetbread served with black sugar and mustard: another exquisiteness, more academic than the rest, in line with Bo’s culinary philosophy, that expressed the sweet/spicy, spicy/sweet contrast in perfect harmony.
A democratizing model. A visionary and scientific cook.
The mark of this restaurant can vary from 7,5 to 9/10, depending on the guest’s ability and taking into account the wide range of proposals.



8,5

Geist

Bo Bech
Bo Bech
Nazionalita: Denmark
Localita: 1050 Copenhagen
Indirizzo: Kongens Nytorv, 8
mapa
(+45) 33133713
Chiusura:: Always open
Prezzo: 60/110 €
Menu di degustazione: 75 €


  • Aguacate con aceite de almendra marcona y caviar
  • Aguacate con aceite de almendra marcona y caviar
  • Ensalada de espinacas y otras hierbas silvestres
  • Ensalada de espinacas y otras hierbas silvestres
  • Quisquillas crudas, leche de cabra ahumada, sauco, germinado de berros y puerro
  • Quisquillas crudas, leche de cabra ahumada, sauco, germinado de berros y puerro
  • Tomates asados con cangrejo real
  • Tomates asados con cangrejo real
  • Cigalas con aceite de nueces, cerezas y flores de cebollino
  • Cigalas con aceite de nueces, cerezas y flores de cebollino
  • Espárragos con yema de huevo y mantequilla y yorgur quemados
  • Espárragos con yema de huevo y mantequilla y yorgur quemados
  • Tartar de solomillo y corazón de ternera con salsa de ostras
  • Tartar de solomillo y corazón de ternera con salsa de ostras
  • Coliflor con salsa de trufas y trufa rallada
  • Coliflor con salsa de trufas y trufa rallada
  • Anguila ahumada caliente con berros, cebolletas y yogur al raifort
  • Anguila ahumada caliente con berros, cebolletas y yogur al raifort
  • Mollejas con azucar y mostaza
  • Mollejas con azucar y mostaza

  Bo Bech opened this restaurant in April 2011. A restaurant aimed at everybody, regardless of race, wealth and tastes. This is a really special gastrobar, probably the only one of its kind you can find in the whole world that can rival with Vuelve Carolina and L’Atelier. You can both eat in an informal atmosphere sitting at the huge bar that surrounds the kitchen, or gazing at the wonderful square it is located on, one of the most important and attractive in the city. You can also opt for the dining room, more formal, or for the inner terrace. 200 guests come along on a daily basis and leave the place thanking the gastronomic gods for the great moment the have spent.
Bo’s cuisine can’t be compared to any other, except its meats section which, despite of having character, doesn’t propose any impacting constructions. Originality, infinite and extreme elegance, with subtle contrasts that don’t lead to any controversy. Silky creativity. The best word to define the chef is “talent”. Yes, “talent”, definitely. I would even say “TALENT”. An good example of the cook’s imagination and essentiality is the cake-like square of thin slices of avocado, lubricated and polished with Marcona almond oil and magnified with a little quenelle of caviar, which gives a sapid and salty touch to the naturality of the avocado. The guest can chose whether eating the ingredients separately, or mixing them all; playing or discovering. Audacity is also present in the succulent –utterly succulent– green –utterly green– salad. The Scandinavian shrimps, extremely fresh and raw, served with smoked milk, burnt leek, elder and watercress sprouts is another demonstration of fantasy in the form of a sun: under a pile of tomato hearts and seeds, previously cooked with their juice like a sauce, a king crab salad awaits the guest. An unprecedented –like almost everything in this place– vision of tomato that is really impacting and appetizing; very warm on the palate. At that point of the meal, we called the chef, gave him two kisses and tempted him: “We are entirely at your disposal. Just do anything you want”. He answered: “Anything I want, really? Let’s go on then”. At that moment, a grilled Norway lobster impregnated with peanut oil, many cherries and flowers of spring onion came up. Majestic! I mean the composition, not the seafood. I mention this because Bo breaks with the established values and uses caviar, king crab and Norway lobster as complements of vegetables, which are the real main characters, considered as top quality products, regardless of the humility they are associated with. In other words, vegetables take precedence over meat. Bravo. And the reflexive crazy proposals went on: al dente asparagus, pertinently cooked with egg yolk and butter, and burnt yogurt; tartar sirloin steak and veal heart with oyster sauce; and so on. We couldn’t help calling the chef again to ask him: “Isn’t there anything classical in this house?”. Five minutes later, the best mushroom consommé we had ever tasted came up –we frankly don’t remember eating any better one. Not content, the chef brought a tough, tasty and medium cooked cauliflower, laid onto a truffle sauce and covered with some more grated truffle. Our eyes glowed and our mouth started dancing when we saw the turbot with yogurt sauce and raviolis filled with fennel cream and cow cheese aged in straw. A real blaze of glory. This idyllic madness was followed by a scene that can be considered as gastronomic sadomasochism: smoked eel heated at low temperature with wild watercress, grilled baby spring onions and horseradish yogurt. If you like vice, I mean real vice, then you are ready for major culinary sensations. This artistic and nonconformist feast was completed with some lamb sweetbread served with black sugar and mustard: another exquisiteness, more academic than the rest, in line with Bo’s culinary philosophy, that expressed the sweet/spicy, spicy/sweet contrast in perfect harmony.
A democratizing model. A visionary and scientific cook.
The mark of this restaurant can vary from 7,5 to 9/10, depending on the guest’s ability and taking into account the wide range of proposals.



8,5

Geist

Bo Bech
Bo Bech
Nazionalita: Denmark
Localita: 1050 Copenhagen
Indirizzo: Kongens Nytorv, 8
mapa
(+45) 33133713
Chiusura:: Always open
Prezzo: 60/110 €
Menu di degustazione: 75 €


  • Aguacate con aceite de almendra marcona y caviar
  • Aguacate con aceite de almendra marcona y caviar
  • Ensalada de espinacas y otras hierbas silvestres
  • Ensalada de espinacas y otras hierbas silvestres
  • Quisquillas crudas, leche de cabra ahumada, sauco, germinado de berros y puerro
  • Quisquillas crudas, leche de cabra ahumada, sauco, germinado de berros y puerro
  • Tomates asados con cangrejo real
  • Tomates asados con cangrejo real
  • Cigalas con aceite de nueces, cerezas y flores de cebollino
  • Cigalas con aceite de nueces, cerezas y flores de cebollino
  • Espárragos con yema de huevo y mantequilla y yorgur quemados
  • Espárragos con yema de huevo y mantequilla y yorgur quemados
  • Tartar de solomillo y corazón de ternera con salsa de ostras
  • Tartar de solomillo y corazón de ternera con salsa de ostras
  • Coliflor con salsa de trufas y trufa rallada
  • Coliflor con salsa de trufas y trufa rallada
  • Anguila ahumada caliente con berros, cebolletas y yogur al raifort
  • Anguila ahumada caliente con berros, cebolletas y yogur al raifort
  • Mollejas con azucar y mostaza
  • Mollejas con azucar y mostaza

  Bo Bech opened this restaurant in April 2011. A restaurant aimed at everybody, regardless of race, wealth and tastes. This is a really special gastrobar, probably the only one of its kind you can find in the whole world that can rival with Vuelve Carolina and L’Atelier. You can both eat in an informal atmosphere sitting at the huge bar that surrounds the kitchen, or gazing at the wonderful square it is located on, one of the most important and attractive in the city. You can also opt for the dining room, more formal, or for the inner terrace. 200 guests come along on a daily basis and leave the place thanking the gastronomic gods for the great moment the have spent.
Bo’s cuisine can’t be compared to any other, except its meats section which, despite of having character, doesn’t propose any impacting constructions. Originality, infinite and extreme elegance, with subtle contrasts that don’t lead to any controversy. Silky creativity. The best word to define the chef is “talent”. Yes, “talent”, definitely. I would even say “TALENT”. An good example of the cook’s imagination and essentiality is the cake-like square of thin slices of avocado, lubricated and polished with Marcona almond oil and magnified with a little quenelle of caviar, which gives a sapid and salty touch to the naturality of the avocado. The guest can chose whether eating the ingredients separately, or mixing them all; playing or discovering. Audacity is also present in the succulent –utterly succulent– green –utterly green– salad. The Scandinavian shrimps, extremely fresh and raw, served with smoked milk, burnt leek, elder and watercress sprouts is another demonstration of fantasy in the form of a sun: under a pile of tomato hearts and seeds, previously cooked with their juice like a sauce, a king crab salad awaits the guest. An unprecedented –like almost everything in this place– vision of tomato that is really impacting and appetizing; very warm on the palate. At that point of the meal, we called the chef, gave him two kisses and tempted him: “We are entirely at your disposal. Just do anything you want”. He answered: “Anything I want, really? Let’s go on then”. At that moment, a grilled Norway lobster impregnated with peanut oil, many cherries and flowers of spring onion came up. Majestic! I mean the composition, not the seafood. I mention this because Bo breaks with the established values and uses caviar, king crab and Norway lobster as complements of vegetables, which are the real main characters, considered as top quality products, regardless of the humility they are associated with. In other words, vegetables take precedence over meat. Bravo. And the reflexive crazy proposals went on: al dente asparagus, pertinently cooked with egg yolk and butter, and burnt yogurt; tartar sirloin steak and veal heart with oyster sauce; and so on. We couldn’t help calling the chef again to ask him: “Isn’t there anything classical in this house?”. Five minutes later, the best mushroom consommé we had ever tasted came up –we frankly don’t remember eating any better one. Not content, the chef brought a tough, tasty and medium cooked cauliflower, laid onto a truffle sauce and covered with some more grated truffle. Our eyes glowed and our mouth started dancing when we saw the turbot with yogurt sauce and raviolis filled with fennel cream and cow cheese aged in straw. A real blaze of glory. This idyllic madness was followed by a scene that can be considered as gastronomic sadomasochism: smoked eel heated at low temperature with wild watercress, grilled baby spring onions and horseradish yogurt. If you like vice, I mean real vice, then you are ready for major culinary sensations. This artistic and nonconformist feast was completed with some lamb sweetbread served with black sugar and mustard: another exquisiteness, more academic than the rest, in line with Bo’s culinary philosophy, that expressed the sweet/spicy, spicy/sweet contrast in perfect harmony.
A democratizing model. A visionary and scientific cook.
The mark of this restaurant can vary from 7,5 to 9/10, depending on the guest’s ability and taking into account the wide range of proposals.



8,5

Geist

Bo Bech
Bo Bech
Nazionalita: Dinamarca
Localita: 1050 Copenhagen
Indirizzo: Kongens Nytorv, 8
mapa
(+45) 33133713
Chiusura:: Siempre abierto
Prezzo: 60/110 €
Menu di degustazione: 75 €


  • Quisquillas crudas, leche de cabra ahumada, sauco, germinado de berros y puerro
  • Quisquillas Crudas, Leche de Cabra Ahumada, Sauco, Germinado de Berros y Puerro
  • Aguacate con aceite de almendra marcona y caviar
  • Aguacate con Aceite de Almendra Marcona y Caviar
  • Salteado de Espinacas, Salicornia, Pimiento del Padrón y Rabano Encurtido y Picante con Hilos de Queso
  • Carpaccio de Cigalas con Crema Acida de Yuzu e Hibiscus
  • Tomates asados con cangrejo real
  • Tomates Asados con Cangrejo Real
  • Apio Nabo Asado con Castañas Espolvoreadas y Mantequilla Caramelizada
  • Cigalas con aceite de nueces, cerezas y flores de cebollino
  • Cigalas con Aceite de Nueces, Cerezas y Flores de Cebollino
  • Anguila ahumada caliente con berros, cebolletas y yogur al raifort
  • Anguila Ahumada Caliente con Berros, Cebolletas y Yogur al Raifort
  • Rodaballo con Salsa de Yogur y Raviolis Rellenos de Crema de Hinojo y Queso de Vaca Curado en Paja
  • Riñones de Conejo con Cebollas
  • Mollejas con azucar y mostaza
  • Mollejas con Azúcar y Mostaza

 

Todo un fenómeno social. Bo Bech abrió este restaurante, un restaurante para todos los públicos, con independencia de razas, fortunas y gustos, en abril de 2011. Estamos ante un gastrobar muy particular y probablemente único en el mundo en su género; capaz de competir con Vuelve Carolina y L´Atelier. Cuenta con una inmensa barra que rodea la cocina para comer informalmente, también se puede hacer contemplando la preciosa plaza en que se encuentra, una de las más bellas e importantes de la ciudad y, a su vez, brinda un salón algo más solemne con mesas, así como una terraza interior. 150 comensales lo llenan cada día y salen dando vivas a la vida.
A la cocina de Bo es inútil buscarle referencias salvo en las carnes, que teniendo personalidad, no plantean articulaciones impactantes. Originalidad, infinita y suma elegancia, con contrastes sutiles, que no originan controversias. Creatividad sedosa. Si una palabra hubiese de definir al chef esta seria talento. Si, talento. Mejor, TALENTO. Valga como testimonio de la esencialidad e imaginación el cuadrado de finas láminas de aguacate, como si de una tarta se tratase, lubricadas y abrillantadas con un aceite de almendra marcona y magnificadas por una pequeña quenelle de caviar, que aporta el contrapunto sápido y salado a la naturalidad del aguacate. El comensal tiene varias opciones: comer por separado uno u otro ingrediente o mezclarlos; jugar y descubrir. La audacia vuelve a quedar patente en los espaguetis, sólo y exclusivamente por aquello de la forma, de nabo crudo impregnados de ostras y alegremente pimentados. Otra propuesta que encandila en similar sintonía conceptual, de cocina verde, rabiosamentalmente vegetal: salteado de espinacas, salicornia, pimiento verde y rabano encurtido y picante con unos hilos de queso. Tendencia y empatia que se refrenda en las coles de Bruselas con bacalao laminado, eneldo, melocotón verde y cacahuete caramelizado. Apoteósico el apio nabo con castañás espolvoreadas y mantequilla caramelizada. Espectacular por producto y esencialidad el carpaccio de cigalas con crema ácida de yuzu e hibiscos. Quisquillas escandinavas fresquísimas y crudísimas con leche ahumada, puerro quemado, saúco y brotes de berro. Otra demostración de fantasía que toma forma de sol: bajo un montón de corazones de tomate con sus pepitas, corazones asados con su jugo como una sopa salsa, una exquisita ensalada de cangrejo real. Una manera inédita de ver el tomate, como casi todo en esta casa, que resulta impactante y apetitosa; de una gran calidez sápida. Llegado este momento de la cena, hicimos salir al chef, le dimos dos besazos y le tentamos: “aquí estamos para lo que quieras”. A lo que contesto: “¿Para lo que quiera? Pues sigamos”. En eso que aparece una cigala a la plancha impregnada de aceite de cacahuete con cerezas, muchas, y flores de cebollino que estaba majestuosa, no el marisco, la composición. Viene esto a cuento porque Bo rompe con los valores establecidos y sitúa al caviar, el cangrejo real y la cigala como complementos de los vegetales, a los que convierte en protagonistas principales, dándoles el valor de la calidad, de la suma calidad con independencia de la humildad con que se les asocia. Vamos, prima la huerta sobre la carnaza. Bravísimo. Seguían las locuras reflexivas: espárragos cocidos al dente, ciertamente tiesos, con yema de huevo y mantequilla y yogur quemados; el tartar de solomillo y corazón de ternera con salsa de ostras; etc.; y no pudimos por menos que volver a requerir la presencia del chef al que preguntamos: “¿No hay nada clásico en esta casa?”. A los cinco minutos aparece el mejor consomé de setas que recordamos; la verdad es que no sabemos si alguna vez comimos uno mejor. Un plato canalla para que no haya dudas de que se juega a todos los estilos y gustos, eso sí, dispuesto con diseño: arenque con salsa de mostaza bajo corteza crocante con ralladura de macadamias. Los ojos nos hicieron chiribitas y la lengua se puso a bailar ante el rodaballo con salsa de yogur y raviolis rellenos de crema de hinojo y queso de vaca curado en paja. La apoteosis misma. Entre tanto amorío idílico una fortísima escena que bien podría considerarse de sadomasoquismo gastronómico: anguila ahumada calentada a baja temperatura con berros silvestres, cebolletas enanas a la plancha y un yogur de raifort. Si le gusta este vicio, puro y duro vicio, esta usted preparado para los mayores jadeos culinarios. Magnánimos en su elementalidad y pureza los riñones de conejo sangrantes con cebollitas fundentes, que se volatilizaban en boca. Y concluimos tan artístico, tan diferente festín, con unas mollejas de cordero con azúcar negra y mostaza, que eran otra gollería, más académica, si bien Bo siempre deja constancia de su ser, en este caso exponiendo el contraste dulce picante, picante dulce, en perfecta armonía.
Un modelo democratizador con un cocinero visionario y, a la vez, científico.
La calificación de este restaurante puede ir de un 7,5 a un 9 según la aptitud del comensal, pues cabe un mundo de posibilidades.

 

 

 



8

Arroces, Restaurante Rioja



  • Paella
  • Paella

           Vicent Rioja ha consagrado este restaurante especializado en arroces, todos ellos notables. Es el caso del de boletus con conejo, de manifiesto  sabor a bosque. En la misma dirección el  caldoso de pollo y conejo, que no es otra cosa que una paella, magnífica paella, convertida en puchero. Y, como no, la paella, una paella auténtica, valenciana, campestre, suculenta, aromática…una verdadera paella con aromas a madera, a naranjo y algarrobo, también a azafrán y romero, ropero seco para que no de amargor. Sale con el arroz suelto, impregnado de enorme suculencia, los tropiezos son copiosos, en un punto de hechura del cereal convencional, ciertamente comercial, llamado a gustar a todos los públicos.  La ración es hermosa y la relación calidad precio un chollo. 

            Vamos con el proceder de Vicent. Trocea la carne: 600 g. de pollo y 400 g. de conejo; alrededor de 3 trozos por persona. Ralla 3 tomates maduros. Pone una paella para cuatro raciones sobre las maderas. Rocía  la paella con sal y un generoso chorro de aceite de oliva virgen extra. Cuando el aceite esté bien caliente,  agrega las carnes (pollo y conejo) y espolvorea  un poco más de sal sobre éstas. Remueve los trozos de carne  y los sofríe  a fuego lento. Una vez se hayan dorado,  añade las judías verdes -250 g.-  y el garrafón  -150 g- y  remueve el conjunto con el fin de que se impregne bien con el aceite. Cuando la verdura esté bien sofrita,  incorpora  el tomate: 3 piezas peladas y ralladas. Posteriormente  vierte abundante agua y  mantiene hirviendo alrededor de unos 20 minutos, siempre teniendo en cuenta que la carne no se deshaga. Por último, incorpora  el azafrán y el arroz: 400 g. de D.O. Valencia. Éste se distribuye homogéneamente por toda la paella, rectifica de sal, deja caer la rama de romero y mantiene hirviendo unos 15-17 minutos, según intensidad de la llama. El romero se retira a los cinco minutos para  que simplemente deje un suave aroma. Pasados, se retira y deja reposar.

Vicent Rioja
Ristoranti: Rioja
Nazionalita: España
Localita: 46181 Benisanó (Valencia).
Indirizzo: Avda. Verge del Fonament, 37.
mapa
962791585.
Chiusura:: Las noches de domingo y lunes
Prezzo: de la pella: 11. De la comida: 40/50.


Vicent Rioja
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7,5

Zamburiñas Grandes Guisadas Real Conservera Española


Zamburiñas Grandes Guisadas Real Conservera Española
Real Conservera Española

Nazionalita: España
Localita: 36635 Cambados (Pontevedra)
Indirizzo: Pol. Ind. Sete Pias, Parcela 30.
(+34) 986090387
Prezzo: 5,5 € la lata de 150 g.


  Jamás habíamos encontrado unas zamburiñas en conserva tan nobles y tan bien condimentadas. El marisco, aunque podría estar un poco menos cocido, preserva como nunca en conserva su identidad, sobre todo su sabor, su gustosidad, manifiestas. Las zamburiñas saben, y tanto que saben, con una exaltación genial, que se expresa en la salsa, dulce, picante, tan solo calentando la boca, que manifiesta un costumbrismo sibaritico, en el que la cebolla, el pimentón, el tomate, las especias, la sal y el aceite de oliva, suman y suman potenciando el sabor natural y marino del ingrediente principal. El conjunto es autentico en partida doble: producto y salsa.

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8

Sardinillas en Aceite de Oliva 40/50 Real Conservera Española


Sardinillas en Aceite de Oliva  40/50 Real Conservera Española
Real Conservera Española

Nazionalita: España
Localita: 36635 Cambados (Pontevedra)
Indirizzo: Pol. Ind. Sete Pias, Parcela 30.
(+34) 986090387
Prezzo: 8,5 € la lata de 130 g.


  Las piezas son un atentado a la naturaleza y a la ecológica. Si usted se puede sustraer a lo que eso significa, disfrutara de estas angulas con sabor a sardinillas. Al ser tan pequeñas, la textura es mucho más delicada, menos pastosa que en las grandes; delicadeza que se traslada al sabor, tenue y natural, sin apenas repercusión del aceite. Tanta sutilidad dentro de la sabrosura propia en este pescado lleva a que se zampe media lata gustosamente en un santiamén.

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