Salmorejo Cordobés Ziryab Taberna Gastronómica

Ziryab Taberna Gastronómica
Cuoco: Ramón Montilla
Nazionalita: España
Localita: 14003 Córdoba
Indirizzo: Calle San Felipe, 15
957498117




Salmorejo Cordobés Ziryab Taberna Gastronómica

Ingredientes para 4 personas:

1 kg. de tomates
250 gr. de telera
80 gr. de aceite arbequina
25 gr. de jamón
10 gr. de clara de huevo cocido
5 gr. de sal
5 ml de vinagre de jerez
1 diente de ajo

Preparación:

Se lavan los tomates y se pelan, se cortan en gajos y se introducen en un recipiente junto al ajo, le añadimos el pan el vinagre y la sal, lo batimos y cuando este bien triturado el pan vamos añadiendo el aceite que valla emulsionando hasta que tenga la textura deseada.

Presentación:

Poner en un cuenco o plato sopero el salmorejo, enrollamos el jamón para darle un poco de volumen y colocamos en el centro del plato rallamos la clara de huevo con el rallador fino formando hilos, los colocamos junto al jamón y terminamos con un chorrito de aceite y algunos brotes.
 



Gilberto Grigliatti

Philippe Pacalet & Gian Piero Vivalda “EN VIVO” en Cervere

Jueves 14 de abril de 2011, 20.30 horas, restaurante Antica Corona Reale, en Cervere (Cuneo).

Esta vez he podido cumplir mi antiguo deseo de comer en casa de Gian Piero Vivalda con Philippe Pacalet, de Beaune (Francia) y saborear una de mis cocinas favoritas acompañada con mis vinos predilectos. Una cena con 14 comensales instalados alrededor de una amplia mesa: gourmets, viticultores, profesionales del sector así como Monsieur y Madame Pacalet.

Aperitivo de pie con Champagne Thienot: pata negra de bellota, ensalada rusa tradicional, suave tortilla de lúpulo silvestre y, sobretodo, paté de anchoas, extraordinario, que Gian Piero nos propuso en primicia y que se convertirá en nuevo abreboca de su local. Se trata de un paté de anchoas españolas y sardinas servido en una lata bastante sorprendente, porque en vez del sabor fuerte y salado del pescado, el chef consigue reflejar toda la carnosidad y la grasa de la anchoa, pareciéndose más a un refinado paté de ave, que se unta en rebanadas de pan brioche apenas pasadas por el horno: ¡Impresionante!

Aquí, los devotos al restaurante saben que el jueves se come un pescado espectacular porque el miércoles, jornada de descanso, los Vivalda pasan su día libre en San Remo para regresar el día siguiente con el mejor pescado. Nuestra cena empezó pues con un plato de pescado: serviola, salmonete y langostino rojo de San Remo con juliana de verduras y una gota de mayonesa de espárrago blanco de Bassano y corteza de limón de Sorrento. Luego, ranas de monte doradas con aceite de oliva extra virgen de Revello (producido a escala muy reducida en el Piamonte); una especialidad de la casa que siempre conquista a los comensales. A descubrir en temporada: el viaje vale la pena, aunque sea largo. Espléndido, el segundo aperitivo: huevo pochado, servido con salsa de chalota dulce de Riolo, espárragos de Santena, langostinos de San Remo y trufa negra de Norcia. Un “mar y montaña” con puntos de cocción irreprochables y consistencias que reflejan un gran ejercicio de estilo: el crujiente de los langostinos y los espárragos, la cremosidad del huevo y la delicadeza de la salsa de chalota. Para acompañar estos aperitivos probamos un Puligny Montrachet 09, seguido de un Chassagne Montrachet 09, que saboreamos mientras Philippe nos hablaba un poco de su trabajo en el viñedo, de la vinificación artesana y de los dos terruños. Dos vinos de una misma cepa, misma cosecha, misma vinificación (con tallo, tradicional en Borgoña y, sobretodo, fermentación en levaduras locales), envejecidos en barricas usadas. Dos viñas situadas a poco más de un kilómetro de distancia, cuidadas por un mismo hombre. Resultado: dos vinos completamente distintos, siendo el primero más fresco, con notas cítricas y el segundo más dulce, con toques de Pietra Focaia. ¡La renaissance de las D.O.C.!

Para empezar con los segundos: tortellini de Seirass del Valle Pellice (una pequeña producción de ricotta muy fina y delicada) y Roccaverano D.O.P (pequeña producción de queso de cabra de Alta Langa, quizás el mejor queso del Piamonte) con mantequilla de montaña. Ya lo habíamos dicho en alguna ocasión: la pasta de huevo rellena de aquí es una de las mejores de Italia. Éste es el plato piamontés por excelencia, elaborado con la ciencia, el rigor, la clase y el refinamiento más extremos. Un resultado simplemente cremoso (pero no graso), suave, de un sabor preciso y pulido, que refleja toda la pureza de la leche y del paisaje alpino. Esta delicadeza también se aprecia en el Pommard 09: un vino gastronómico que no afecta la finura de los tortellini y que, en vez de recargar este plato, de por sí muy calórico, lo acompaña con sus suaves taninos. El plato de resistencia fue un cabrito de Roccaverano al espetón con verduras crujientes de una sencillez irreprochable, con su piel ligeramente crocante y el interior suculento y consistente. Otro maridaje gastronómicamente perfecto: Nuits St.Georges 1er Cru 09.

A partir de ahí, concluida la cena, ya sólo nos esperaban los postres. Desde Beaune, Philippe trajo un Jéroboam de Gevrey Chambertin 1er Cru “La Perrière” 06, que dejó decantar durante unas horas, hasta alcanzar su punto ideal. Hubo un momento en que todo me pareció excesivo: ¿Cómo podíamos beber tanto vino sin apenas comer? Porque entre los 14 comensales, nos acabamos el magnum en menos de media hora, justo antes de que nos sirvieran la pequeña crème brûlée, de pre-postre, para luego acabar con el flan de Gianduja Caffarel servido encima de una salsa de avellanas redondas: un flan exquisito, denso, untuoso, ligero, presentado con una salsa de avellanas insuperable, cuajada al dente, de un sabor preciso, sin grasa, para nada empalagosa. Tres salsas (mayonesa, chalota y avellana), cual de ellas más exquisita. Simplemente perfectas.

Conclusiones finales: platos aparentemente sencillos, pero en realidad no tanto. La alta cocina se lleva muy bien con los grandes vinos. Comimos mucho. Un menú “de estructura” piamontesa con vinos “de estructura” borgoñones. Cinco platos, más aperitivos y pre-postre, o sea seis vinos. La cocina alcanzó su punto álgido con el plato de raviolinis rellenos con queso a la mantequilla (un plato tradicional que suele “acabar” con el comensal más goloso). Después de tanta consistencia llegó un trozo de cabrito… Todo ello servido con grandes vinos y, después del menú, sin comida, con un magnum degustado “en plan tranquilo”, instintivamente, por el puro placer de beber, sin sentirse ahogado.

Como esta página Web está dedicada a los grandes cocineros, el elogio final va dirigido al chef, Gian Piero Vivalda. De su padre Renzo (siempre presente en la cocina), ha heredado el amor y la pasión por este oficio y por los productos de su tierra, el culto a la materia prima 10, el respeto y el conocimiento de los orígenes y de la historia de su cocina. Hasta el final de los años noventa, éste era uno de los establecimientos más importantes del Piamonte en materia de cocina regional; un lugar fantástico que todo el mundo adoraba, con grandes distinciones en las guías y una gran aceptación entre el público en general. Más tarde, el joven Gian Piero demostró tener mucho valor y fuerza para realizar un cambio radical: búsqueda de la perfección, voluntad de alcanzar las esferas más celestes, la alta cocina, los stages en casa de Georges Blanc, los viajes a los grandes palacios de París. El mismo Vivalda se convirtió en la referencia de su generación en el Piamonte y en quien, junto con tres compañeros (Claudio Vicina, Davide Scabin, Ugo Alciati) reinventó y recodificó la gran cocina piamontesa, actualizándola y adaptándola a los tiempos modernos, pudiendo así imponerse en el panorama internacional con la debida autoridad. Actualmente, este local está considerado uno de los mejores del Piamonte. Personalmente, creo que deberíamos tener el mismo valor, huir de lo convencional y reconocer que éste es uno de los mejores restaurantes de Italia. Por lo menos en lo que a cocina clásica o neoclásica se refiere. Pienso en otros de sus platos como la cocotte de huevo, nata, fondue y trufa blanca; el cappello del prete (espalda de buey) cocido con Nebbiolo; o la inconmensurable cazuela de capón. Aunque no me gustan las etiquetas, considero que es perfectamente comparable a algunos restaurantes de estilo clásico como Piacenza, Canneto, Concesio, Combal.zero (extraordinario a nivel de platos clásicos). Seguramente olvido algunos nombres, pero puedo afirmar que Gian Piero Vivalda ya no tiene nada que envidiar a sus colegas.

 

  • Il signor Philippe Pacalet
  • Il signor Philippe Pacalet
  • Monsieur Gian Piero Vivalda
  • Monsieur Gian Piero Vivalda


Gilberto Grigliatti

Philippe Pacalet & Gian Piero Vivalda “EN VIVO” en Cervere

Jueves 14 de abril de 2011, 20.30 horas, restaurante Antica Corona Reale, en Cervere (Cuneo).

Esta vez he podido cumplir mi antiguo deseo de comer en casa de Gian Piero Vivalda con Philippe Pacalet, de Beaune (Francia) y saborear una de mis cocinas favoritas acompañada con mis vinos predilectos. Una cena con 14 comensales instalados alrededor de una amplia mesa: gourmets, viticultores, profesionales del sector así como Monsieur y Madame Pacalet.

Aperitivo de pie con Champagne Thienot: pata negra de bellota, ensalada rusa tradicional, suave tortilla de lúpulo silvestre y, sobretodo, paté de anchoas, extraordinario, que Gian Piero nos propuso en primicia y que se convertirá en nuevo abreboca de su local. Se trata de un paté de anchoas españolas y sardinas servido en una lata bastante sorprendente, porque en vez del sabor fuerte y salado del pescado, el chef consigue reflejar toda la carnosidad y la grasa de la anchoa, pareciéndose más a un refinado paté de ave, que se unta en rebanadas de pan brioche apenas pasadas por el horno: ¡Impresionante!

Aquí, los devotos al restaurante saben que el jueves se come un pescado espectacular porque el miércoles, jornada de descanso, los Vivalda pasan su día libre en San Remo para regresar el día siguiente con el mejor pescado. Nuestra cena empezó pues con un plato de pescado: serviola, salmonete y langostino rojo de San Remo con juliana de verduras y una gota de mayonesa de espárrago blanco de Bassano y corteza de limón de Sorrento. Luego, ranas de monte doradas con aceite de oliva extra virgen de Revello (producido a escala muy reducida en el Piamonte); una especialidad de la casa que siempre conquista a los comensales. A descubrir en temporada: el viaje vale la pena, aunque sea largo. Espléndido, el segundo aperitivo: huevo pochado, servido con salsa de chalota dulce de Riolo, espárragos de Santena, langostinos de San Remo y trufa negra de Norcia. Un “mar y montaña” con puntos de cocción irreprochables y consistencias que reflejan un gran ejercicio de estilo: el crujiente de los langostinos y los espárragos, la cremosidad del huevo y la delicadeza de la salsa de chalota. Para acompañar estos aperitivos probamos un Puligny Montrachet 09, seguido de un Chassagne Montrachet 09, que saboreamos mientras Philippe nos hablaba un poco de su trabajo en el viñedo, de la vinificación artesana y de los dos terruños. Dos vinos de una misma cepa, misma cosecha, misma vinificación (con tallo, tradicional en Borgoña y, sobretodo, fermentación en levaduras locales), envejecidos en barricas usadas. Dos viñas situadas a poco más de un kilómetro de distancia, cuidadas por un mismo hombre. Resultado: dos vinos completamente distintos, siendo el primero más fresco, con notas cítricas y el segundo más dulce, con toques de Pietra Focaia. ¡La renaissance de las D.O.C.!

Para empezar con los segundos: tortellini de Seirass del Valle Pellice (una pequeña producción de ricotta muy fina y delicada) y Roccaverano D.O.P (pequeña producción de queso de cabra de Alta Langa, quizás el mejor queso del Piamonte) con mantequilla de montaña. Ya lo habíamos dicho en alguna ocasión: la pasta de huevo rellena de aquí es una de las mejores de Italia. Éste es el plato piamontés por excelencia, elaborado con la ciencia, el rigor, la clase y el refinamiento más extremos. Un resultado simplemente cremoso (pero no graso), suave, de un sabor preciso y pulido, que refleja toda la pureza de la leche y del paisaje alpino. Esta delicadeza también se aprecia en el Pommard 09: un vino gastronómico que no afecta la finura de los tortellini y que, en vez de recargar este plato, de por sí muy calórico, lo acompaña con sus suaves taninos. El plato de resistencia fue un cabrito de Roccaverano al espetón con verduras crujientes de una sencillez irreprochable, con su piel ligeramente crocante y el interior suculento y consistente. Otro maridaje gastronómicamente perfecto: Nuits St.Georges 1er Cru 09.

A partir de ahí, concluida la cena, ya sólo nos esperaban los postres. Desde Beaune, Philippe trajo un Jéroboam de Gevrey Chambertin 1er Cru “La Perrière” 06, que dejó decantar durante unas horas, hasta alcanzar su punto ideal. Hubo un momento en que todo me pareció excesivo: ¿Cómo podíamos beber tanto vino sin apenas comer? Porque entre los 14 comensales, nos acabamos el magnum en menos de media hora, justo antes de que nos sirvieran la pequeña crème brûlée, de pre-postre, para luego acabar con el flan de Gianduja Caffarel servido encima de una salsa de avellanas redondas: un flan exquisito, denso, untuoso, ligero, presentado con una salsa de avellanas insuperable, cuajada al dente, de un sabor preciso, sin grasa, para nada empalagosa. Tres salsas (mayonesa, chalota y avellana), cual de ellas más exquisita. Simplemente perfectas.

Conclusiones finales: platos aparentemente sencillos, pero en realidad no tanto. La alta cocina se lleva muy bien con los grandes vinos. Comimos mucho. Un menú “de estructura” piamontesa con vinos “de estructura” borgoñones. Cinco platos, más aperitivos y pre-postre, o sea seis vinos. La cocina alcanzó su punto álgido con el plato de raviolinis rellenos con queso a la mantequilla (un plato tradicional que suele “acabar” con el comensal más goloso). Después de tanta consistencia llegó un trozo de cabrito… Todo ello servido con grandes vinos y, después del menú, sin comida, con un magnum degustado “en plan tranquilo”, instintivamente, por el puro placer de beber, sin sentirse ahogado.

Como esta página Web está dedicada a los grandes cocineros, el elogio final va dirigido al chef, Gian Piero Vivalda. De su padre Renzo (siempre presente en la cocina), ha heredado el amor y la pasión por este oficio y por los productos de su tierra, el culto a la materia prima 10, el respeto y el conocimiento de los orígenes y de la historia de su cocina. Hasta el final de los años noventa, éste era uno de los establecimientos más importantes del Piamonte en materia de cocina regional; un lugar fantástico que todo el mundo adoraba, con grandes distinciones en las guías y una gran aceptación entre el público en general. Más tarde, el joven Gian Piero demostró tener mucho valor y fuerza para realizar un cambio radical: búsqueda de la perfección, voluntad de alcanzar las esferas más celestes, la alta cocina, los stages en casa de Georges Blanc, los viajes a los grandes palacios de París. El mismo Vivalda se convirtió en la referencia de su generación en el Piamonte y en quien, junto con tres compañeros (Claudio Vicina, Davide Scabin, Ugo Alciati) reinventó y recodificó la gran cocina piamontesa, actualizándola y adaptándola a los tiempos modernos, pudiendo así imponerse en el panorama internacional con la debida autoridad. Actualmente, este local está considerado uno de los mejores del Piamonte. Personalmente, creo que deberíamos tener el mismo valor, huir de lo convencional y reconocer que éste es uno de los mejores restaurantes de Italia. Por lo menos en lo que a cocina clásica o neoclásica se refiere. Pienso en otros de sus platos como la cocotte de huevo, nata, fondue y trufa blanca; el cappello del prete (espalda de buey) cocido con Nebbiolo; o la inconmensurable cazuela de capón. Aunque no me gustan las etiquetas, considero que es perfectamente comparable a algunos restaurantes de estilo clásico como Piacenza, Canneto, Concesio, Combal.zero (extraordinario a nivel de platos clásicos). Seguramente olvido algunos nombres, pero puedo afirmar que Gian Piero Vivalda ya no tiene nada que envidiar a sus colegas.

 

  • Il signor Philippe Pacalet
  • Il signor Philippe Pacalet
  • Monsieur Gian Piero Vivalda
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Gilberto Grigliatti

Philippe Pacalet & Gian Piero Vivalda “EN VIVO” en Cervere

Jueves 14 de abril de 2011, 20.30 horas, restaurante Antica Corona Reale, en Cervere (Cuneo).

Esta vez he podido cumplir mi antiguo deseo de comer en casa de Gian Piero Vivalda con Philippe Pacalet, de Beaune (Francia) y saborear una de mis cocinas favoritas acompañada con mis vinos predilectos. Una cena con 14 comensales instalados alrededor de una amplia mesa: gourmets, viticultores, profesionales del sector así como Monsieur y Madame Pacalet.

Aperitivo de pie con Champagne Thienot: pata negra de bellota, ensalada rusa tradicional, suave tortilla de lúpulo silvestre y, sobretodo, paté de anchoas, extraordinario, que Gian Piero nos propuso en primicia y que se convertirá en nuevo abreboca de su local. Se trata de un paté de anchoas españolas y sardinas servido en una lata bastante sorprendente, porque en vez del sabor fuerte y salado del pescado, el chef consigue reflejar toda la carnosidad y la grasa de la anchoa, pareciéndose más a un refinado paté de ave, que se unta en rebanadas de pan brioche apenas pasadas por el horno: ¡Impresionante!

Aquí, los devotos al restaurante saben que el jueves se come un pescado espectacular porque el miércoles, jornada de descanso, los Vivalda pasan su día libre en San Remo para regresar el día siguiente con el mejor pescado. Nuestra cena empezó pues con un plato de pescado: serviola, salmonete y langostino rojo de San Remo con juliana de verduras y una gota de mayonesa de espárrago blanco de Bassano y corteza de limón de Sorrento. Luego, ranas de monte doradas con aceite de oliva extra virgen de Revello (producido a escala muy reducida en el Piamonte); una especialidad de la casa que siempre conquista a los comensales. A descubrir en temporada: el viaje vale la pena, aunque sea largo. Espléndido, el segundo aperitivo: huevo pochado, servido con salsa de chalota dulce de Riolo, espárragos de Santena, langostinos de San Remo y trufa negra de Norcia. Un “mar y montaña” con puntos de cocción irreprochables y consistencias que reflejan un gran ejercicio de estilo: el crujiente de los langostinos y los espárragos, la cremosidad del huevo y la delicadeza de la salsa de chalota. Para acompañar estos aperitivos probamos un Puligny Montrachet 09, seguido de un Chassagne Montrachet 09, que saboreamos mientras Philippe nos hablaba un poco de su trabajo en el viñedo, de la vinificación artesana y de los dos terruños. Dos vinos de una misma cepa, misma cosecha, misma vinificación (con tallo, tradicional en Borgoña y, sobretodo, fermentación en levaduras locales), envejecidos en barricas usadas. Dos viñas situadas a poco más de un kilómetro de distancia, cuidadas por un mismo hombre. Resultado: dos vinos completamente distintos, siendo el primero más fresco, con notas cítricas y el segundo más dulce, con toques de Pietra Focaia. ¡La renaissance de las D.O.C.!

Para empezar con los segundos: tortellini de Seirass del Valle Pellice (una pequeña producción de ricotta muy fina y delicada) y Roccaverano D.O.P (pequeña producción de queso de cabra de Alta Langa, quizás el mejor queso del Piamonte) con mantequilla de montaña. Ya lo habíamos dicho en alguna ocasión: la pasta de huevo rellena de aquí es una de las mejores de Italia. Éste es el plato piamontés por excelencia, elaborado con la ciencia, el rigor, la clase y el refinamiento más extremos. Un resultado simplemente cremoso (pero no graso), suave, de un sabor preciso y pulido, que refleja toda la pureza de la leche y del paisaje alpino. Esta delicadeza también se aprecia en el Pommard 09: un vino gastronómico que no afecta la finura de los tortellini y que, en vez de recargar este plato, de por sí muy calórico, lo acompaña con sus suaves taninos. El plato de resistencia fue un cabrito de Roccaverano al espetón con verduras crujientes de una sencillez irreprochable, con su piel ligeramente crocante y el interior suculento y consistente. Otro maridaje gastronómicamente perfecto: Nuits St.Georges 1er Cru 09.

A partir de ahí, concluida la cena, ya sólo nos esperaban los postres. Desde Beaune, Philippe trajo un Jéroboam de Gevrey Chambertin 1er Cru “La Perrière” 06, que dejó decantar durante unas horas, hasta alcanzar su punto ideal. Hubo un momento en que todo me pareció excesivo: ¿Cómo podíamos beber tanto vino sin apenas comer? Porque entre los 14 comensales, nos acabamos el magnum en menos de media hora, justo antes de que nos sirvieran la pequeña crème brûlée, de pre-postre, para luego acabar con el flan de Gianduja Caffarel servido encima de una salsa de avellanas redondas: un flan exquisito, denso, untuoso, ligero, presentado con una salsa de avellanas insuperable, cuajada al dente, de un sabor preciso, sin grasa, para nada empalagosa. Tres salsas (mayonesa, chalota y avellana), cual de ellas más exquisita. Simplemente perfectas.

Conclusiones finales: platos aparentemente sencillos, pero en realidad no tanto. La alta cocina se lleva muy bien con los grandes vinos. Comimos mucho. Un menú “de estructura” piamontesa con vinos “de estructura” borgoñones. Cinco platos, más aperitivos y pre-postre, o sea seis vinos. La cocina alcanzó su punto álgido con el plato de raviolinis rellenos con queso a la mantequilla (un plato tradicional que suele “acabar” con el comensal más goloso). Después de tanta consistencia llegó un trozo de cabrito… Todo ello servido con grandes vinos y, después del menú, sin comida, con un magnum degustado “en plan tranquilo”, instintivamente, por el puro placer de beber, sin sentirse ahogado.

Como esta página Web está dedicada a los grandes cocineros, el elogio final va dirigido al chef, Gian Piero Vivalda. De su padre Renzo (siempre presente en la cocina), ha heredado el amor y la pasión por este oficio y por los productos de su tierra, el culto a la materia prima 10, el respeto y el conocimiento de los orígenes y de la historia de su cocina. Hasta el final de los años noventa, éste era uno de los establecimientos más importantes del Piamonte en materia de cocina regional; un lugar fantástico que todo el mundo adoraba, con grandes distinciones en las guías y una gran aceptación entre el público en general. Más tarde, el joven Gian Piero demostró tener mucho valor y fuerza para realizar un cambio radical: búsqueda de la perfección, voluntad de alcanzar las esferas más celestes, la alta cocina, los stages en casa de Georges Blanc, los viajes a los grandes palacios de París. El mismo Vivalda se convirtió en la referencia de su generación en el Piamonte y en quien, junto con tres compañeros (Claudio Vicina, Davide Scabin, Ugo Alciati) reinventó y recodificó la gran cocina piamontesa, actualizándola y adaptándola a los tiempos modernos, pudiendo así imponerse en el panorama internacional con la debida autoridad. Actualmente, este local está considerado uno de los mejores del Piamonte. Personalmente, creo que deberíamos tener el mismo valor, huir de lo convencional y reconocer que éste es uno de los mejores restaurantes de Italia. Por lo menos en lo que a cocina clásica o neoclásica se refiere. Pienso en otros de sus platos como la cocotte de huevo, nata, fondue y trufa blanca; el cappello del prete (espalda de buey) cocido con Nebbiolo; o la inconmensurable cazuela de capón. Aunque no me gustan las etiquetas, considero que es perfectamente comparable a algunos restaurantes de estilo clásico como Piacenza, Canneto, Concesio, Combal.zero (extraordinario a nivel de platos clásicos). Seguramente olvido algunos nombres, pero puedo afirmar que Gian Piero Vivalda ya no tiene nada que envidiar a sus colegas.

 

  • Il signor Philippe Pacalet
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  • Monsieur Gian Piero Vivalda
  • Monsieur Gian Piero Vivalda


Gilberto Grigliatti

Philippe Pacalet & Gian Piero Vivalda “LIVE” in Cervere

Giovedi 14 Aprile 2011, ore 20,30, ristorante Antica Corona Reale a Cervere (Cuneo).
In questa occasione ho avuto la possibilità di realizzare un mio vecchio desiderio: mangiare da Gian Piero Vivalda con Philippe Pacalet di Beaune, una delle mie cucine preferite con i miei vini preferiti. Detto fatto, cena organizzata, quattordici commensali in saletta attorno ad un grande tavolo: gourmets, produttori di vino, professionisti del settore più Monsieur et Madame Pacalet.
Aperitivo in piedi con Champagne Thienot: Pata Negra de Bellota, insalata russa della tradizione, una soave frittatina ai luvertin selvatici e sopratutto il patè di acciughe. Quest'ultimo straordinario. Gian Piero lo propone in anteprima, sarà un nuovo appetizer del suo locale. Servito in scatola di latta è un patè di acciughe spagnole e sardine. Sorprendente: non aspettatevi un gusto sapido e salato, lo chef rende nel patè tutta la carnosità e la grassezza dell'acciuga. Assomiglia più ad un patè di fegati di volaille fine. Ovviamente da spalmare su fette di pain briochè appena sfornate: la classe!
La cena inizia con un piatto di pesce crudo, gli aficionados del ristorante sanno bene che il giovedì qui si mangia pesce strepitoso: il mercoledì, giorno di chiusura, i Vivalda scendono a San Remo in vacanza onde poi tornare il giorno seguente con il meglio del pescato trovato. Ricciola, triglia e gambero rosso di San Remo con verdure a julienne e una goccia di maionese all’asparago bianco di Bassano e scorza di limone di Sorrento; oppure le rane di montagna dorate all’olio extravergine di Revello (minuscola produzione piemontese), specialità del locale che incanta sempre tutti, venitele a scoprire in stagione: valgono il viaggio. Anche da lontano. Splendida la seconda entrata: uovo poché su salsa allo scalogno dolce di Riolo, asparagi di Santena, gamberi di San Remo e tartufo nero di Norcia. Bel connubio tra terra e mare, ineccepibili le cotture, esercizio di stile sulle consistenze: croccanti i gamberi e gli asparagi, conditi dalla cremosità dell'uovo e sopratutto dalla delicata sauce all'echalotte. Su queste entrate beviamo prima il Puligny Montrachet 09, poi il Chassagne Montrachet 09. Philippe racconta brevemente il suo lavoro in vigna, la vinificazione artigianale, e ci parla dei due terroirs. Dunque due vini, stesso vitigno, stessa annata, stessa vinificazione (con raspo, tradizionale in borgogna, e sopratutto, fermentazione sui lieviti indigeni), barriques usate, due vigne che distano poco piu' di un chilometro tra loro, stesso uomo. Risultato: due vini completamente diversi. Più fresco con note di agrumi il primo, piu' morbido con punte di pietra focaia il secondo. Questa è la renaissance des AOC!
Primo: tortellini di Seirass della Val Pellice (è una piccola produzione di ricotta molto fine e delicata) e Roccaverano DOP (piccola produzione di formaggio caprino dell'alta Langa, forse il miglior formaggio piemontese) al burro di montagna. Lo avevamo già detto in passato, sulla pasta all'uovo ripiena, siamo ai vertici nazionali. Questo è il piatto pedemontano/piemontese per eccellenza, confezionato con sapienza, rigore, classe e finezza. Il risultato è semplicemente cremoso (ma non grasso), soave, preciso e pulito nel gusto, si coglie tutta la purezza del latte e del paesaggio alpino. Stessa finezza nel Pommard 09: è un vino gastronomico, non copre la finezza dei tortellini, non appesantisce un piatto molto calorico, lo accompagna con i suoi tannini delicati. Piatto di resistenza: capretto di Roccaverano allo spiedo con verdure croccanti. Ineccepibile nella sua semplicità, pelle leggermente croccante, l'interno succulento ed appagante. Di nuovo un vino gastronomicamente perfetto con questo piatto: Nuits St.Georges 1er Cru 09.
A questo punto la cena è terminata, si aspettano i desserts. Philippe ha portato da Beaune un Jéroboam di Gevrey Chambertin 1er Cru "La Perriere" 06. E' stato scaraffato alcune ore prima: è il suo momento. Per un attimo penso che sia uno spreco: abbiamo terminato il menu, come possiamo bere tutto questo vino senza mangiare nulla? Bene, il bottiglione è terminato dai nostri quattordici nel giro di mezz'ora, poco prima che venga servito il pre-dessert! Dunque una piccola creme brulèe e chiudiamo con il flan di Gianduja Caffarel su salsa alla nocciola tonda: squisito il flan, denso, moelleux, non pesante e perfetta la salsa alle nocciole, non troppo rappresa, precisa nel gusto e non grassa, la bocca non ne rimane impastata. Tre salse, maionese, allo scalogno ed alla nocciola: non ne ha sbagliata una! Semplicemente perfette.
Considerazioni finali: forse banali, ma a pensarci bene, non troppo. L'alta cucina va sempre bene con i grandi vini, come questa sera. Abbiamo mangiato molto, un menu "di struttura" pedemontano con vini "di struttura" borgognoni. Cinque piatti piu' appetizers e pre-dessert, sei vini. La perfezione della cucina è quando vorremmo rimangiare un piatto di raviolini ripieni di formaggio al burro! (un piatto tradizionale che normalmente "stende a terra" anche i più affamati) Quando mangeremmo ancora un pezzo di capretto dopo tutte queste portate! Allo stesso modo, questi sono i grandi vini: quando a termine menu, senza mangiare, si beve ancora una bottiglia "in scioltezza", istintivamente, per il piacere di bere e senza sentirsi ingolfati.
Essendo questo un sito internet dedicato ai grandi cuochi, l'elogio finale va allo chef Gian Piero Vivalda. Ha imparato da suo padre Renzo (sempre presente in cucina) l'amore e la passione per questa professione, per i prodotti della sua terra, il culto per la materia prima migliore, il rispetto e la conoscenza delle origini e della storia. Fino a metà anni novanta questo era uno degli indirizzi piu' importanti in Piemonte nell'ambito della cucina regionale, era fantastico, piaceva a tutti, ottimi voti sulle guide, successo di pubblico. Subito dopo il giovane Gian Piero dimostrava coraggio e forza per il cambiamento radicale: la ricerca della perfezione, la voglia di crescere fino ai massimi livelli, la grande cucina, gli stages da Georges Blanc, i viaggi a Parigi nei grandi palaces. E' proprio Vivalda che deve diventare la referenza della sua generazione in Piemonte ed insieme a due o tre suoi colleghi (tre nomi a caso: Claudio Vicina, Davide Scabin, Ugo Alciati) deve reinventare e ricodificare la grande cucina pedemontana, attualizzandola e adattandola ai tempi che verranno, così che si possa imporre con la giusta autorevolezza a livello internazionale. Consideriamo oggi questo locale come uno dei migliori del Piemonte, va bene. Io penso che dobbiamo avere lo stesso coraggio, uscire dalla convenzione, ed ammettere che questo è uno dei migliori ristoranti d'Italia. Almeno per quanto riguarda la cucina di stile classico o neo-classico. Pensate ad altri suoi piatti come la cocotte di uovo, panna, fonduta e tartufo bianco, il cappello del prete cotto col vino Nebbiolo oppure all'indimenticabile cappone di Morozzo in casseruola. Non faccio classifiche, non mi interessa, ma velocemente penso ad alcuni ristoranti nella stessa categoria classica: Piacenza, Canneto, Concesio, Combal.zero (sui piatti classici è fortissimo!). Ne dimentico sicuramente alcuni, ma ha Gian Piero Vivalda molto da invidiare a questi suoi colleghi? Io non penso proprio, non più.

  • Il signor Philippe Pacalet
  • Il signor Philippe Pacalet
  • Monsieur Gian Piero Vivalda
  • Monsieur Gian Piero Vivalda


Reservar... y pagar una señal

Una reserva es algo sagrado que sólo se rompe por causas de fuerza mayor, es legítimo que los restaurantes se cubran las espaldas

Hace ya algunos años, todavía en época de vacas gordas, alertaba de que si los clientes no se tomaban en serio las reservas de mesa en los restaurantes, éstos acabarían por exigir, para formalizarlas, sobre todo en mesas de más de cuatro, el pago por adelantado de una cantidad, lo que llamamos unas arras.
Unos días atrás, un buen amigo y excelente gourmet nos comentaba que había hecho una reserva para siete personas en un importante restaurante madrileño. A vuelta de correo electrónico, mi amigo se encontró que el establecimiento le exigía el depósito previo de 500 euros. Hemos indagado, y el caso empieza a ocurrir en varios buenos restaurantes de la capital.
Se veía venir, sin necesidad de emular a los profetas mayores, ni siquiera a los menores, del Antiguo Testamento. Era, y me temo que sigue siendo, moneda corriente el hecho de que haya gente que efectúa una reserva y luego no aparece, con el consiguiente perjuicio para el restaurante, como pueden comprender, directamente proporcional al número de plazas reservadas. Que los restaurantes, ahora, en tiempos de vacas flacas, reaccionasen, era algo que cabía esperar.
PICARESCA
Y es que picaresca, en esto, hay mucha. O, más que picaresca, poco respeto. Desde el ciudadano que reserva en varios restaurantes para la misma fecha y hora y decide en el último momento a cuál va, hasta casos que, desde fuera, pueden parecer divertidos pero que al restaurador no le hacen gracia ninguna. Veamos uno que sí es picaresca pura.
Supongan ustedes un grupo de extranjeros en un buen hotel. Desean cenar fuera, y preguntan en recepción. Allí les dicen que no se preocupen, que el propio portero, al pedirles el taxi, indicará al conductor a dónde ha de llevarlos. Los interesados parten.
Recepción, lógicamente, ha hecho la preceptiva reserva. Pasa el tiempo, y en el restaurante reservado no aparece ese grupo. El responsable del establecimiento llama al hotel, donde se le dice que el grupo ha sido convenientemente embarcado en un taxi al que se envió precisamente allí. Pero no han aparecido.
Regresa el grupo al hotel y al ser preguntados cómo es que no han ido a ese restaurante el portavoz les comenta que el taxista les dijo que ese sitio no era bueno y mejor que fuesen al "Tablao del Tío Pepe, typical spanish, flamenco, paella, olé". Y se van allí tan felices. Por supuesto, tanto derecho tiene el taxista como el recepcionista del hotel a estar de acuerdo, comisión mediante, con algunos establecimientos. Pero el perjudicado es el que primero en el que se efectuó la reserva.
El caso contrario es el que en hora punta, con el restaurante lleno, aparece una señora. "¿Tiene reserva?", le preguntan. "Por supuesto", dice ella. El maître comprueba el libro de reservas y ve que no es así: "Debe de haber un error; aquí no constan ustedes". Ahora sí que se inmuta la ciudadana: "¿Cómo dice? ¡Pero si he venido yo personalmente a hacer mi reserva!". El maître quiere saber "¿quién le tomó la reserva?". A veces, la interesada señala a un despistado camarero que no sabe nada de nada. Pero... póngase usted a discutir con una de estas personas.
Una reserva es algo sagrado, que sólo se rompe por causas de fuerza mayor y, desde luego, avisando al restaurante. Yo reservo siempre; y si veo que no voy a poder ir o me voy a retrasar hago una llamada advirtiendo de ello. Pero de tanto tirar de la cuerda, los restauradores empiezan a estar hartos de que se rompa siempre por el mismo sitio... y, como ya ocurría en otros países, piden una cantidad que cubra parte del perjuicio que causaría no aparecer por allí.
Me parece legítimo; me parece muy bien. Sobre todo, insisto, en mesas de más de cuatro comensales. Una mesa de diez rompe los esquemas de cualquier restaurante, obliga a modificar la distribución de los camareros (no es lo mismo servir a diez personas en tres mesas independientes que a todos en la misma y al mismo tiempo); a veces hay que contratar un extra.
O sea que tampoco se extrañen si, dentro de nada, como ya pasa en Estados Unidos, ven que se les carga un suplemento por mesa numerosa. Si ustedes han comprado ocho entradas para el teatro y luego no pueden, o no quieren, ir, los perjudicados son ustedes mismos, al empresario le da igual. Pero en un restaurante, el perjuicio, y grave, se le causa al propio establecimiento.
De modo que estas arras que empiezan a cobrarse en muchos sitios no son, al final, más que la justa penitencia por un comportamiento irresponsable. Si no van a ir, llamen. Y cuanto antes, mejor. Pórtense como señores.


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Filetes de Sardina Ipessa


Filetes de Sardina Ipessa
Pescados y Salazones El Balandro, S.A.

Nazionalita: España
Localita: 21400 Ayamonte (Huelva)
Indirizzo: C/ Ribera del Guadiana, 62
(+34) 902345246
Prezzo: El estuche de 90 g., sobre 1,70 €


Recuerdan y mucho a las sardinas viejas. Lomos hermosos, por tamaño y belleza, con su piel, que siempre aporta, además de rusticidad artesanal, sabrosura. Filetes escrupulosamente limpios, sin una sola espina. Textura al dente, consistente y carnosa, incita a masticar, con un corte limpio. Sabor intenso, al pescado y al salazón, que le marca, potenciando su suculencia. Recuerdan, insistimos, a las sardinas viejas, tienen garra, fuerza... llenan. Listas para comer.
Se comercializan en bandejas estuchadas y sin estuchar de diferentes pesos: 90 g, 700 g. y 1.000 g.

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¿Existe la Cocina de Cuaresma?

El crítico gastronómico Rafael García Santos se ocupa esta semana del origen y tradición de los platos considerados típicos de la Semana Santa: Potaje de Vigilia, Torrijas, etc. (24/04/11).
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6,5

Casa Joaquín

Joaquín López
Joaquín López
Nazionalita: España
Localita: 04002 Almería
Indirizzo: Real, 111
mapa
950264359
Chiusura:: sábados noche, domingo, días festivos y septiembre
Prezzo: 40/80 €
Menu di degustazione: No tiene. €


  • Gamba roja de Almería
  • Gamba Roja de Almería
  • Ostras
  • Ostras
  • Calamar de potera confitado
  • Calamar de potera confitado
  • Hígado fresco de rape frito
  • Hígado fresco de rape frito
  • Bacalao Rebozado
  • Bacalao Rebozado
  • Cazuela de morrillo fresco de atún
  • Cazuela de morrillo fresco de atún
  • Boquerones látigo
  • Boquerones látigo
  • Anchoas
  • Anchoas
  • Ensalada de tomate raf con aceite de oliva virgen extra
  • Ensalada de tomate raf con aceite de oliva virgen extra
  • Macedonia de fruta fresca
  • Macedonia de fruta fresca
Animada taberna marinera donde puede comerse sentado a sus recias mesas de pino blanco, o bien tapear cuerpo a cuerpo en la barra, siempre concurrida de clientes ávidos de sensaciones gastronómicas cómplices. A pesar de la animación, la distancia entre las mesas permite la intimidad de los comensales y que no se mezclen las conversaciones.
            El propietario y factótum del negocio es Joaquín López, ayudado en los fogones por su madre Encarnación Gómez y su hija Encarna, dos sabias maestras de la cocina andaluza para las que la técnicas habituales de la culinaria del pescado, fritura y plancha, no esconden secretos.
            Una manera de comenzar luminosamente el ágape es aunando en una ensalada dos productos señeros de estas tierras solares capaces de provocar cálidos y refrescantes sabores: tomate raf y aceite de oliva virgen, extra y sin filtrar de Tabernas. Otra opción, unas anchoas en salazón hermosas y sabrosas a más no poder; las mejores caseras del Mediterráneo. Descomunales las gambas rojas de Almería, hechas a la plancha con un atrevido punto de cocción para estas latitudes. El marisco sale despojado de su armadura colorada caliente por fuera y semicrudo por dentro, manteniendo intacto todo su sabor.  El calamar de potera confitado en aceite de oliva mantiene su inmaculabilidad sápida y textural:  Inolvidable.
           Mención especial, por su peculiaridad e intensidad, tiene el hígado de rape frito; el foie gras del mar salteado. Otra virguería, una cazuela de distintas partes del atún, por ejemplo morrillo, que resulta  ciertamente gelatinosa y sabrosa; un motivo más que acrecienta la nobleza y autenticidad que caracteriza a la casa y cuanto ofrece.
          Impecable el bacalao en una sabrosona y densa gabardina; crujiente por fuera y con todos sus jugos dentro. Otra demostración de la sabiduría en el arte milenario de freír fueron los boquerones de la variedad látigo, finísimamente enharinados. La perfección del frito y sobre todo el frescor del pescado permite sostenerlos agarrados por la cola en paralelo sobre la fuente, sin riesgo de tronchar el pescadito. 
            Además de lo citado, tienta con otros excelentes mariscos y pescados de la bahía almeriense, como las enormes caracolas aliñadas de más de un kilogramo de peso, las ricas coquinas a la marinera, también las cañaíllas y, sobre todo, las quisquillas exultantes de frescas, que  brindan  crudas o a la plancha, vuelta y vuelta. Entre los pescados, a su vez merecen destacarse el pez espada a la plancha, de impresión y las deslumbrantes frituras de   salmonetitos, pijotas, bacaladillas... y lenguado, por supuesto que este último hecho con sus interiores hasta que la piel bufa, de manera que el pescado queda impecablemente crocante por fuera y cocido en su propio vapor en el centro.
            Cuelgan unos cuantos jamones de Joselito y Cinco Jotas, seleccionadísimos y cortados con maestría.
            Desde hace muchos años, el mejor restaurante de la ciudad.
 
 
 
 

 

 



Almería: Casa Joaquín

Casa Joaquín es toda una institución  en  Almería. Una informal casa de comidas con barra, en un inaparente local rodeado de kebacs que, por la excelsitez de los productos del mar y de la tierra que Joaquín López, propietario y factótum del establecimiento, consigue y la sapiencia culinaria de su madre, Encarnación Godoy Fernández y su hija, Encarnación López Godoy, es, desde hace muchos años, el mejor restaurante de la ciudad.Y, además, con una carta de vinos que contiene auténticas joyas enológicas.
Excelentes mariscos de la bahía como las enormes caracolas aliñadas de más de un kilogramo de peso, las ricas coquinas a la marinera, también las cañaillas y, sobre todo, las impresionantes gambas rojas y quisquillas procedente de la costa almeriense, exultantes de frescor, que se sirven cruda, si crudas,  o a la plancha, vuelta y vuelta, perfectas de jugosidad e inmaculabilidad,  únicas en su género. También magnífico  tomate raf, selectas salazones, incluyendo mojama, bonito, sardinas viejas, huevas de grano del atún y las mejores anchoas caseras del Mediterráneo, imborrable calamar de potera en aceite, un pez espada a la plancha de impresión y deslumbrantes frituras a la antigua, como las de calamar gigante troceado, salmonentitos, pijotas... y la de lenguado, por supuesto que este último hecho con sus interiores hasta que la piel bufa, de manera que el pescado queda impecablemente crujiente por fuera y cocido en su propio vapor por dentro. Para mayor gloria, jamones de Joselito y Sanchez Romero Carvajal, seleccionadísimo y cortados con maestría. Para comer en las mesas es aconsejable reservar, pues suele abarrotarse dada la nobleza y autenticidad de cuanto se ofrece.
Localita: 04002 Almería
Indirizzo: Real, 111
(+34) 950264359
Chiusura:: sábados noche, domingos, días festivos y septiembre
Prezzo: 40/80 €