¿Críticos o Cronistas?

Tras haber leído muchas de las controvertidas intervenciones espontáneas que se producen en lomejordelagastronomia.com quisiera estimular la reflexión de todos sobre la siguiente pregunta del millón. ¿Qué deben hacer cuantas personas se manifiestan sobre gastronomía en los medios de comunicación? ¿Elaborar crónicas informativas sin tomar partido alguno, o por el contrario, es conveniente que lo relatado se acompañe de la opinión personal del comentarista que, simplemente por emitirla, ya se ha convertido en crítico gastronómico?



La Prohibición del Oro Negro

Si ya en la última década del siglo XX el caviar se había convertido en un lujo al alcance de pocos, la prohibición en diciembre de 2005 por la CITES (Washington’ Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Fauna and Flora, un organismo dependiente de la ONU) de todo el comercio internacional de caviar obtenido a partir de esturiones salvajes ha convertido esta delicadeza en algo casi inaccesible.



La física y la química son inocentes

Con motivo de la desbandada de público que se produjo en una de las sesiones de tarde del Congreso Lo Mejor de la Gastronomía 2006 cuando tomó el micrófono un ingeniero aeronáutico travestido de psicólogo para, ¡durante una hora!, hablar en inglés de inteligencia emocional, y con independencia de que finalmente su discurso resultó ininteligible, me propuse escribir este artículo.



Pizza y dos cojones

Con dos cojones. Fabián Martín, almeriense, ex boxeador olímpico, loco, ha matado a la pizza margarita y a todas sus esbirras; y encima lo ha hecho en esa tierra de nadie que es Llívia, ex capital catalana del estraperlo rodeada de Francia por todas partes. Fabián es pizzero. Pizzero, repite hasta la saciedad, no cocinero. ¡Y qué más da! Cuando se trata con genios, lo que menos importa son las calificaciones. Ferran empezó haciendo pizzas. Y hace pocos meses se encontraron los dos por primera vez. ¿Quién eres tú?, le preguntó Adrià.



Freír en papillote

Renovar tecnológicamente la gastronomía con ideas procedentes de la industria alimentaria o desarrolladas durante siglos en Oriente tiene mucho mérito. Pero más lo tiene si cabe, revolucionar una técnica tradicional como la fritura de pescado, que cuando se realiza con aceite de oliva virgen extra, ha sido considerada insuperable por la gran mayoría de los gastrónomos (baste recordar algunos templos de fritura andaluza como Alhucemas en Sanlúcar la Mayor de Sevilla, FM en Granada, El Refectorium de Málaga o Casa Joaquín en Almería).



Dani García, Calima y Marbella

Marbella es en verano uno de los lugares con más glamour de Europa. Es en este ambiente en el que Dani García ha reanudado su carrera profesional, al frente del l restaurante Calima, del Gran Hotel Meliá Don Pepe de Marbella. El local, situado en un edificio anejo al hotel, es sencillamente el lugar que este excepcional cocinero merecía para desarrollar su arte. Allí el espacio es un lujo, con paradisíaca terraza sobre el mar, primorosa bodega de cristal integrada en la recepción y bello salón de estética zen con inmejorables vistas del Mediterráneo y capacidad para cuarenta comensales.



Cocina terminal

Desde que el gran Ferran Adrià se había retirado a una ignota isla paradisíaca, donde, cuentan ciertas leyendas no comprobadas, vivía como un eremita, a base de moluscos y cocos, no había surgido en el planeta ningún cocinero como P. Lógicamente, P. se formó en aquel mítico Bulli, que hoy, como todos sabemos, se ha convertido en un macroedificio de apartamentos, el más alto de la atestada Cala Montjoi. P. mostró desde el principio, además de una rara perfección técnica (acaso obsesión), una sorprendente capacidad prospectiva y sintética en todo lo referente a la gastronomía.



Gastro Victims

Salgo de un restaurante “de autor”: horrible. Sirva esa paráfrasis del gran Giovanni Papini como metáfora de una situación que está empezando a ser peligroso lugar común en nuestras geografías culinarias. ¿Cómo es posible?, me pregunto, aguantar dos horas de sobremesa escuchando a un joven y aguerrido chef hablar de físicas y químicas subyacentes sin una mínima mención al producto, a la artesanía, a la sensibilidad… Al gusto. Confieso que esa tortura sólo se puede soportar con un par de gin tonics. Terrible.



Yo también fui (¿o soy?) miope

Como colaborador de este portal obviamente sigo con asiduidad la sección Cartas al Director. Y en absoluto me sorprende la continua controversia en la que se ven envueltos ciertos restaurantes incluidos en la edición escrita de Lo Mejor de la Gastronomía, y ello sin considerar siquiera los juicios malintencionados que en ocasiones se han vertido sobre algunos (baste recordar lo ocurrido recientemente con Casa Marcial, injustamente denostado por un impostor y resulta que es uno de los mejores, si no el mejor, restaurante de alta cocina de la región asturiana).



Sublimes texturas mediterráneas en el FM

En gastronomía hoy vivimos el tiempo de las texturas, término que, desde la afectividad, García Santos utiliza "para designar la caricia de las viandas en la boca como una expresión más del sentimiento del cocinero", aunque más técnicamente la palabra defina la disposición y relaciones que mantienen entre sí las partículas y fibras que componen los alimentos. Y si el siglo XXI se ha confirmado como el de la revolución táctil en la cocina no parece lícito olvidar que el espejo donde se muestran las referencias que permiten avanzar a los cocineros es el mundo comestible que nos rodea.