Elche: El Granaíno

Este restaurante y esta barra son la historia viva de la vida social ilicitana. La crisis no afecta absolutamente nada a este negocio, que dirige Odón Martínez, que ve como un día sí y otro también llena sus tres comedores y abarrota el bar. Su secreto: cocina tradicional popular sustentada en productos excelentes hecha con esmero y vendida a unos precios muy razonables. Los mariscos son siempre excepcionales, tanto por frescor como por tamaño, en especial las gambas rojas  a la plancha y, en segundo término,  las quisquillas de Santa Pola cocidas. El jamón de Joselito responde a su fama mundial. Otro manjar en estado puro simplemente salteado: las sepionets. ¡Qué decir del pulpo asado al horno! Sublime en su naturalidad.   En similar grado de efectividad la coca con sardina de bota y queso Caprillice y los chipironcitos,  a su vez,  salteados con alcachofas, ajos tiernos y espárragos verdes, una combinación grata y certera. Qué decir del salmorejo con quisquillas y virutas de mojama: ganador del I Concurso de Tapas, Salazones y Vinos Alicante. Y no deje de probar la tonyina de sorra con crema de queso curado, tomates confitados y aliño de garum, los mejillones y alcachofas en escabeche de wakame y ajoarriero frío y el morro de ternera con longaniza y cantó de pan.