Primero fue Emilio González, luego su hermano Bautista, a continuación el hijo de éste, José Ramón y, ahora, su descendiente, Juan, incorporado ya al negocio. Una familia que ha hecho historia en el Bocho, ofreciendo desde 1927 lo mejor de lo mejor, en lo que respecta al cerdo ibérico. Ello y el sabor del local, repleto de fotos y dedicatorias: John F. Kennedy, Andel Gamar Nasser, Adenauer, Pío XII… hasta personajes variopintos, han hecho de este establecimiento un emblema de la ciudad y del producto. Hasta tal punto, que son multitud los que aseveran que en este local, sito junto a la Diputación, se jaman los mejores jamones, lomos, chorizos y salchichones de España. La selección es doble: primero Joselito,
que abastece a La Viña en exclusiva desde 1942 y luego Juan, que escoge sobre lo elegido, siendo el resultado inmejorable. Así lo atestigua el plato de ibéricos, o cada uno de los manjares por independiente, siempre majestuosos.
En esa línea de veneración por lo excepcional: bonito y ventresca Zallo, chistorra El Bordón, foie gras en entier y bloc de Las Landas, cecina de León Feblame, queso de oveja Hnos. Quevedo, etc. Una continuidad que puede buscarse en la perfecta abacería que la familia González posee junto a la tasca, en la que se encuentran multitud de productos calificados en esta guía como los mejores del país, despachando anchoas Sanfilippo y El Capricho, sardinillas Ramón Peña, Nicanores de Boñar, turrones A.M. Monerris, espárragos, piquillos… En fin, para picar como Dios sin necesidad de cocina.
Últimamente se han incorporado una buena retahíla de tapas elaboradas, sin dejar de ser sencillas y siempre exaltando las materias primas: tempura de trigueros con cuatro salsas; ensalada de mozarella, tomate, piñones y albahaca; carpaccio con rollitos ibéricos crujientes, presa Joselito a la plancha con patata ratte y carrilleras de cerdo ibérico con fondo de carne, orejones y puré de coliflor.