Restaurante concurridísimo de millennials, que da dos turnos por la noche, y no se molestan en coger el teléfono. Por tanto, reservar con antelación a través de su página. El ambiente, no puede ser mejor ni más moderno.
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, fuimos a probar su tortilla de Betanzos y resulta que nos sorprendieron cuatro cosas más. En primer lugar, los torreznos, sobresalientes, los mejores que nunca comimos en nuestra vida, tratados con una técnica magistral, de manera que estaban todo ellos tiernos y jugosos, excepto una leve corteza exterior crujiente. Sublimes. En segundo término, una pizza margarita impecable, de una masa ciertamente fina y un reborde inflado y crocante, con unos aderezos muy logrados; también de Campeonato de España. Otro capítulo muy conseguido, el de las verduras, en este caso las alcachofas confitadas en horno de leña, muy naturales, que es el mejor elogio que se les puede hacer. Y también nos encandiló el sumiller, que nos ofreció un formidable champán artesanal a 60 €.
La tortilla de patatas de Betanzos. Muy bella y perfectamente concebida. Luego la realización se puede mejorar bastante. Le faltaba potencia gustativa. Una patata más frita. Una costra exterior un poco más fina y un huevo interior un poco más emulsionado. Un puntito de sal. Estaba buena, pero no llenaba el paladar. Un voto de confianza…si se materializara merecería otra puntuación.