Un vino que nace con vocación de grandeza, habiendo puesto José Manuel Echeverría y María Sáenz-Olazábal todos los medios para ello. Desde la selección de uva – 65% merlot y 35% tempranillo –, a la elaboración – vinificado en tinas de roble Allier de 5.000 litros y habiendo hecho la fermentación maloláctica y posterior crianza en barricas nuevas de tronçais durante 14 meses –, pasando por la producción, quizás demasiado anecdótica: 4.000 botellas. Aúna elegancia, intensidad y estructura, demostrando una significativa concentración y, sobre todo, frutosidad, atesorando una selecta uva. Mineralidad y sotobosque que se ven salpicadas de notas que acentúan su atractivo, derivadas de una esmerada permanencia en madera, como vainilla, café, tostados… Queda patente su identidad, bien estructurado, con un tenue amargor, una suave acidez y una dúctil tanicidad, caracteres perfectamente expuestos que completan los de la fruta y la crianza.

Atesora intensas sensaciones que recuerdan a frutos rojos como cereza, guinda y crema de cassis, que se completan con dulce de leche, caramelo, café, tabaco, vainilla y canela; verdaderamente complejo. En boca tiene una entrada delicada, sutil, a la vez que frutal y viva. Se aprecian notas de madera, que enriquecen y dan complejidad, perfectamente integradas en la fruta.
95% Cabernet Sauvignon y 5% Merlot. Permaneció en barricas nuevas de roble francés durante 21 meses. Ingresó en cristal en septiembre de 2007. 12.000 botellas.

La nueva etapa iniciada por los Eguren en Toro no ha podido tener unos inicios más esplendorosos, valgan como testimonio sus diferentes etiquetas que personifican un cambio sustancial respecto de lo que es habitual en la zona. Se caracterizan por su enorme frutosidad y carnosidad y por su arrolladora personalidad, dentro de su identidad rústica distinguida. Extraordinaria potencia aromática, en la que prima la frutosidad, con presencia de moras y ciruelas, almendra, ramas y bosque, con una madera muy bien puesta, que apenas expresa nada que no sea ayudar muy secundariamente. Demuestra raza, estructura, vocación de grandeza... con una potencia y una contundencia muy vitales, ratificando, repetimos, la fruta con enorme carnosidad y una apreciable tanicidad. 100% Tinta de Toro. Realizó la fermentación maloláctica en barricas nuevas de roble francés, en las que envejeció 18 meses. Embotellado en junio 2010. 4.000 botellas.

Bodegas Muga atraviesa por un momento esplendoroso que, unido a una añada excepcional, ha dado como resultado en 2006 tres vinos fenomenales: Crianza, Torre Muga y Aro.
Torre Muga se explaya en boca, rebosando calidad y sustanciosidad. Tiene elegancia, profundidad, consistencia... nobleza. Espléndida fruta, una selecta madera muy bien integrada, un suave y estimulante amargor, un punto de acidez y una dúctil tanicidad, además de cierta mineralidad. En nariz hay frutillos silvestres, bosque, zarzas, regaliz, cacao, vainilla y clavo. Amplio, suntuoso y complejo.
Como es norma: 75% Tempranillo, 15% Mazuelo y 10% Graciano. Permaneció en barricas nuevas de robles francés de Allier 18 meses. De roble y 6 más en depósitos de roble de 16.000. Ingresó en cristal en mayo de 2008. 40.000 botellas.