Vega Sicilia 'Cambia' de Manos por las Diverdencias Entre la Familia Álvarez
Jugada a tres bandas. La propiedad de Vega Sicilia, una de las bodegas más reputadas de la Ribera del Duero, se ha utilizado como moneda de cambio en la interminable guerra fratricida que mantiene la familia Álvarez.Los cinco hijos díscolos del empresario David Álvarez se han 'autovendido' su participación en Eulen, el germen empresarial del clan. Para comprar ese porcentaje, han utilizado la patrimonial El Enebro, controlada por ellos en un 70%, utilizando como garantía de cobro de los 80 millones de la transacción las acciones pignoradas de la bodega ribereña.
De esta manera, en caso de que El Enebro, sociedad holding desde la que se controlan los negocios familiares de la cárnica Valles del Esla y la bodega Vega Sicilia, no pueda cumplir con las condiciones de pago de los 80 millones, Marta, Elvira, Juan Carlos, Emilio y Pablo Álvarez Mezquíriz se quedarían con el productor de vinos, fuera ya del paraguas societario familiar del que ostentan la mayoría. Las condiciones de la transacción incluyen además un derecho preferente de cobro sobre los dividendos de la bodega y los derechos políticos de las acciones pignoradas.
Con este golpe de efecto, revestido de reordenación accionarial, los cinco hijos enfrentados al progenitor David Álvarez y a sus hermanos Maria José y David, que apoyan al padre, han conseguido aglutinar un 35% del accionariado de Eulen a través de la patrimonial El Enebro. Esta operación les ha permitido mantener de forma indirecta su participación en la compañía de servicios (en el fondo son dueños del 27%) y al mismo tiempo hacer caja para repartirse 80 millones de euros, transacción que les dará la propiedad de Vega Sicilia en caso de ser bloqueada por el otro bando.
La jugada a tres bandas aún se complica más. El cambio de piezas efectuado por los cinco rebeldes coincide en el tiempo con la disputa judicial por el control de El Enebro. En junio de este año, la Audiencia Provincial de Madrid devolvió el control de la sociedad patrimonial a David Alvarez, de donde había sido desplazado por sus hijos después de que éste les sacara de Eulen. Marta, Elvira, Juan Carlos, Emilio y Pablo Álvarez recurrieron la sentencia al Tribunal Supremo, pero antes de que se conozca si procede la estimación del recurso han ejecutado esta nueva operación.
El presidente del Grupo Eulen, David Álvarez.
De esta manera, la prórroga judicial ha sido aprovechada para desarrollar la nueva jugada. A principios de 2013, el patriarca blindó el control de Eulen, aglutinando el 60% del capital en torno a él y a su hija María José, a la que señaló como futura heredera. Ante este escenario, la otra facción familiar ofreció su 27%, de modo que la mayoría ejerciera su derecho preferente ante la oferta de un tercero cuya identidad se desconocía. Una vez expirado el tiempo para ejercer esa opción, los cinco díscolos se autocompraron su porcentaje en Eulen a través de El Enebro.
Derrotados en la pelea por el control de Eulen, los cinco hermanos han centrado todas sus esperanzas en la disputa por El Enebro. Originalmente, el empresario leonés David Álvarez repartió el capital de la sociedad patrimonial entre sus siete hijos a cambio de mantener los derechos políticos sobre el 51% del capital. Todo funcionó hasta el estallido del conflicto familiar en 2010. Fue entonces cuando los herederos, con mayoría en el consejo, le quitaron de la presidencia. La disputa por el control acabó en los tribunales, donde el patriarca acumula dos sentencias a su favor.
Aprovechando que todavía controlan El Enebro, los cinco hermanos han liquidado su participación del 27% de Eulen, donde estaban atrapados y condicionados a la voluntad de su padre. Ahora, tras el intercambio, han pasado a controlar un 36%, ya que la patrimonial era a la vez propietaria de un 9% de la empresa familiar de cabecera. Y mientras tanto, los rebeldes se irán pagando de forma progresiva durante ocho años los 80 millones en que han tasado la operación, que se lleva a cabo a través de cinco compraventas independientes, pero vinculadas. Aunque este no será el punto final.