Pablo Márquez

Casa Marcial...Hermanos de Padre

Encomiable servicio el que brinda Juan Luis García en Casa Marcial. Mezcla, que no agita, conocimiento, pasión, simpatía, sentido y sensibilidad, gobierno y disposición. Uno de los grandes sumilleres que disfrutamos en nuestro país.

Esa labor admirable, fácilmente demostrable, difícilmente ejecutable, equilibra oficio, interés, sapienza y sencillez.

Y es así, demostrando inteligencia, exhibiendo raciocinio coherente, el modo a través del cual alma, lenguaje y hecho funden a la persona...

Estos son sus argumentos:

 

Si la tierra es la madre fértil de los vinos de Jerez, el mar es el padre. El influjo de la salinidad y el efecto regulador de las temperaturas completan a las privilegiadas albarizas y hacen del marco de Jerez un ecosistema vitivinícola único e irrepetible en el mundo.

El restaurante Casa Marcial es hijo de este mismo padre, aunque a más de mil kilómetros se le conozca con el nombre de mar Cantábrico. Las últimas estribaciones de los Picos de Europa que se extienden casi hasta la rasa costera, conocidas como Sierra del Sueve, son la madre. Campo y mar, en Jerez; mar y montaña, en el concejo de Parres, han dado lugar a sendos reinos irrepetibles, plenos de sabores propios y exuberantes matices, auténticos ‘terrois’ construidos por la interacción íntima de los hombres con la tierra y el mar.

La conexión filial no es anecdótica. Así como no podrían entenderse los vinos de Jerez sin el influjo del mar, que matiza a todos ellos y es el alma singular de los criados en Sanlúcar, tampoco sería posible comprender la riqueza de la cocina de Nacho Manzano sin pensar en la despensa marina del Cantábrico y en las tierras hasta las que llega su influjo. Inspiración plena nacida de los fértiles huertos asturianos, el río Sella, las reservas de caza, los salinos pastos que alimentan una de las mejores cabañas ganaderas y la mayor variedad de quesos de Europa. Creaciones intuitivas y sinceras que dan lugar a un proyecto que no es tradicional, ni vanguardista, ni marinero ni de montaña, sino todo ello al mismo tiempo.

Como hermanos de padre, herederos del yodo marino, devotos de la generosidad con el tiempo para conquistar el tiempo, la bodega de Casa Marcial, situada en una pequeña casita que mira al Norte, a la vista de su siempre presente padre Cantábrico, guarda un lugar destacado para los vinos de Jerez. Vinos y platos se enriquecen y matizan en su autenticidad y complejidad, consiguiendo portentosas sorpresas en la mesa. Algas con caza, chocolates americanos con vinagres autóctonos, viejos amontillados yodados y olorosos plenos de avellanas y torrefactos se encuentran como pez en el agua, con su misma vitalidad y plenitud.