Carlos López

CASA MANOLO: EL BALCON GASTRONÓMICO QUE MIRA AL MAR

 

Ubicado en primera línea, en el paseo marítimo número 5 de la playa de Daimús. Entre las playas de Oliva y Gandía, “Casa Manolo” nace chiringuito y evoluciona al compás de las propuestas de su dueño y jefe de cocina gracias a su atención, intensidad, proximidad, sencillez y creencia en la cocina marinera. El local cuenta con espectaculares vistas al mar, suma varios conceptos con espacios gastronómicos definidos, apostando por una cocina marinera frente al Mediterráneo como punto de referencia. En ambos espacios -restaurante de alta cocina y el salón informal- la materia prima es el eje de una oferta con dos variantes, sumando a todo ello una amplia y cómoda terraza, cuyo pilar común rige la batuta culinaria de un autor cuya firma es Manuel Alonso.

 

Empezamos el día mal; nos equivocamos en alguna rotonda, nos acompañaba una lluvia de verano rápida e intensa, al final llegamos, tarde pero llegamos, el comedor y las comandas en plena ebullición, la cocina en su máximo nivel, en plena actuación; tardamos en situarnos y aún más en que nos pudieran tomar nota y comenzara la comida; hubo alguna alteración en el servicio y en cocina -aunque no es norma generalizada de la casa- y cuando más inquietos nos sentíamos, enmudecimos sin dirigirnos las miradas; empezó todo a tomar forma y comenzó el desfile de un conjunto de elaboraciones bajo el nombre de “Menú casa Manolo”: -gazpacho con guacamole (fresco, cremoso, intensidad en sabor); -mollete de hueva de maruca y mahonesa de yuzu (carnosidad, ternura, nada gomosa, todo equilibrio entre salazón y la cremosidad de una mayonesa con chispa cítrica); -coca escaldada con jurel en semi salazón y pimiento dulce (definición perfecta de lo que resulta un pastel salado tradicional al estilo de la comarca); -buñuelo de brandada de bacalao con all i oli de su pil pil (textura, gusto y aroma); -bikini de queso brie y trufa de verano (sugerente, visualmente un tapa de bolsillo); -ensalada caprese, polvo de aceituna negra y aceite de albahaca (frescura y redondez al previo de platos “principales”); -panacota de coliflor con pulpo seco y canailla (todo conjunción, armonía -de las distintas materias- en sabores y texturas); -salmón con licuado de pepinos ecológicos y raifort (contexto multiplural, melosidad y carnosidad del salmón, frescura del pepino, picante del raifort); -canelón de “garreta” de ternera y setas (contundencia, redondez y alta definición de materias tradicionales); arroz cremoso de bacalao y coco, cebolla liofilizada y alvelo de limón ;(elaboración canalla, a camino entre el arroz meloso y el rissoto, alteración y sorpresa gustativa) nuestro homenaje a “Ferrero Rocher”; financier de almendra (dulce tradición pastelera); nube de fresa; gominola de frambuesa; infusión de canela con armagnac (versión trasgresora y atrevida de la tradicional leche merengada, todo elegancia).

 

En esta casa no hace falta buscar nada, encuentras todo lo que puedes suponer; cocina de mercado actual, creativa y atrevida, potentes y definidos sabores tradicionales que se engrandecen gracias a la fidelidad del producto, búsqueda de matices, originalidad y calidad. Atendiendo a la cocina dibujas la personalidad de Manuel, confianza propia y ajena, unión, proyecto y perseverancia, la propia familia define su proyecto y espíritu culinario. Toda su base se fundamenta en una materia prima fresca y excelente.

 

Situado en el panorama gastronómico profesional entre los mejores restaurantes de arroces por excelencia, Casa Manolo es Manuel Alonso, y este último es su casa; todo en el interactúa, el inmueble, lo material, lo humano y lo profesional. Manuel es mitad cocinero y mitad otro cocinero que hasta hace años desconocía, mejor dicho no lo había sacado a pasear. Este buen hombre descansa cuando va a la subasta de la lonja, antes y después en su cocina respira cocciones, suda caldos y salsas madres, habla con la materia prima, discute con fondos, mezclas y emulsiones y todo ello para vestir con sus mejoras galas la redondez de una elaboración bien definida. Como bien dice Vicente -jefe de sala- “aquí hacemos todo excepto los vinos” y yo apunto; incluye también a los clientes y admiradores.