Jesús Martínez Bujanda, fiel a lo que en su día fue su trayectoria vital, busca nuevas iniciativas con las que marcar la diferencia. Recurre en este caso a una variedad autóctona, prácticamente desaparecida y desconocida: Maturana, de una identidad asombrosa. Tanto en nariz como en boca manifiesta su personalidad y su carisma, que lo tiene y mucho. Frutas maduras, mineralidad, regaliz, balsámico... muy complejo. En el paladar se muestra intenso, creciente, evolutivo, arrollador e inolvidable. Dulce, amargo, ácido, tánico y, siempre, muy compensado en esas expresiones.
100% Maturana. Tuvo una crianza de 18 meses en barricas de roble francés. Embotellado en febrero de 2008. Tan sólo 8.000 botellas.