La cocina hogareña catalana en toda su esencia y plenitud. Platos de casa, ancestrales, con evocaciones infantiles, llevados a cabo de manera magistral. Hechos, plasmados bajo la supervisión de un gran cocinero. Con su criterio, con sus técnicas, transmitiendo sabores reconocidos de manera excelsa. No existe otro secreto que el conocimiento y el desarrollo. Uno admira, y tanto que admira, como se puede marcar la diferencia en la elementalidad. En hacer unos buñuelos de bacalao, que parecen interiormente unas rilletes, ciertamente sabrosas, y crujientes por fuera.