Isaac Salaberria ha renovado prácticamente toda la carta en el 2008, salvo tres creaciones legendarias. Permanecen, como no podía ser de otra manera, el foie gras con caldo de pollo escabechado; las cintas de calamar en dos cocciones, a baja temperatura y guisadas, con chupito de cebolla y su tinta y la celebérrima panceta ibérica con néctar de leche de almendras y esencia de cerdo al aceite de eucalipto. A partir de aquí, salvo los platos típicos vascos, todo llama a ser conocido.