Se llama Raquel. Es de origen argentino y de cocina parisina. Una brillante cocinera. Siempre está de buen humor. Regenta su bistrot Le baratin, en París.
Su marido, Philippe, se ocupa del servicio y, principalmente, de los vinos; un campo que domina ampliamente y que le permite proponer vinos óptimos a buen precio, previamente catados y aprobados por él.