Permítanme la irreverencia, quizás osadía, de hablar del servicio, de las atenciones, de la SALA, de un restaurante vanguardia total como es Aponiente, y no hacerlo de su patrón, Ángel león, Dios de...
Es la pregunta del millón de Dólares. Es decir, la que no tiene respuesta. Siempre está en el ambiente y de vez en cuando hay quien te la suelta: ¿Cómo será la cocina de pasado mañana? Ni quien más fantasía le echó a la vida, Julio Verne, se atrevió a entrar a discernir sobre la cocina clonada. A lo más que hemos llegado es a profetizar la alimentación en pastillas; que por ahora no ha pasado de ser un batido saborizado para adelgazar.
Pues ahí andan polemizando a favor y en contra del Manifiesto de 23 puntos de Ferran Adrià. Y tú, ¿qué opinas?
No creo que un hombre tan inteligente, tan genial...al que hay que tener en tan alta consideración y estima, haya pretendido otra cosa que introducir temas de debate y hacer reflexionar sobre sus apreciaciones. Bienvenida sea la discusión sobre la idoneidad de un solo menú en el restaurante, o si sobre convienen dos, o si lo que procede es el servicio a la carta, o sobre la cantidad de platos que han de figurar en la misma... si sirve para extraer conclusiones sobre los pro y contra de las diferentes posturas. Con este propósito positivo pienso que han debido plantearse éste y los demas puntos en cuestión. Pues hasta el más tonto de la aldea es consciente que el tema carece de una única solución; en cuanto tiene tantas como propietarios de restaurantes y clientes existan.
¿Quién posee la verdad? La verdad no existe. Vamos, que Adrià diga que no le interesan las carnes; en absoluto debe interpretarse que aboga por su abolición culinaria. Que Ferran defienda el uso de productos de la industria alimentaría en la alta coquinaria; no supone que predique la erradicación de espesantes distintos a los que él emplea. ¿Se le supone tan divinizado? No me puedo creer que haya querido dictar un Nuevo Testamento para la historia. Es mucho más clarividente. Si alguien demuestra lo contrario, me como cinco serpientes con sus consabidas lenguas.
Más me creo que pudiera ser una provocación, aunque los tiempos de la provocación han pasado a mejor vida; entro otras razones, porque ya no necesita de ellas para llamar la atención. Claro que siempre se es algo de lo que se fue y siempre se sera algo de lo que se es. O quizás haya sido una equivocación, posiblemente nos encontremos ante un error de lenguaje. Y también ante una falta de previsión de las consecuencias. El título de Manifiesto lleva a malas interpretaciones. Se puede asociar al “Decálogo” de la Nueva Cocina. Se puede asociar a tiempos pasados de proclamas revolucionarias salvadoras. Llama a la instauración de doctrina. Movimientos que en cualquier faceta de la vida acaban por convertirse en peligrosos siempre que sean monolíticos.
Si el mal llamado Manifiesto se hubiese denominado Síntesis de una Filosofía, o incluso Reflexiones sobre una Filosofía, ahora no estaríamos enzarzados en si el mensaje ha sido mal divulgado o peor interpretado. Los detractores italianos ya lo han tildado de “Para-Guru”. Puestos a pensar mal, también se puede sospechar que algunos le están sacando tajada a los titulares. Ortodoxos del negocio.
A estas alturas del menú uno tenía la firme convicción que todos asumíamos que el futuro está en la pluralidad. Que cuanto más diversas sean las cocinas y menos se parezcan los cocineros más rica será la gastronomía. Que el devenir, por mucho que queramos influir en él, no lo podemos determinar, porque hay factores económicos, políticos, sociales, de todo tipo, que están ahí, condicionando. ¿Qué queda de la Nueva Cocina? Tan sólo la cultura que ha engendrado. Y si somos fieles a su espíritu, la evolución y las circunstancias causarán, están causando su veloz transformación. En un mundo inteligente y cambiante deben convivir los que consideran al Diablo Dios y los que consideran a Dios El Diablo. Sólo sé que puedo trabajar por hacer una gastronomia mejor aun a sabiendas que no sabré cómo será la gastronomia del futuro. ¿Será diversa dentro de la globalidad? ¿Será el Edén al que se sienten nuestros hermanos africanos? ¿Desaparecerán los gourmets por ...?
Solo sé que puedo trabajar por hacer una gastronomia mejor aun a sabiendas que lo único que puedo lograr en el empeño es gozar y ser feliz “a mi manera”.
PRÓXIMAMENTE ENTREVISTA CON FERRAN ADRIÀ SOBRE EL MANIFIESTO.
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