Permítanme la irreverencia, quizás osadía, de hablar del servicio, de las atenciones, de la SALA, de un restaurante vanguardia total como es Aponiente, y no hacerlo de su patrón, Ángel león, Dios de...
Portugal tiene un reto: generar el triunfo de los chefs lusitanos. Hasta ahora, la Michelín, colonialista ella, siempre ha premiado a los restaurantes extranjeros, de inspiración francesa, alemana, austriaca, etc, tan Michelín. Es la hora de los portugueses y de los jóvenes. Están naciendo nuevos personajes, gentes inconformistas, con talento, con ideales, llamados a crear una nueva propuesta culinaria, que mira al mundo sin olvidar la historia local. Ya está aquí, en embrión, la alta cocina portuguesa. Inspirada por una docena de chefs. Un movimiento que encuentra dos dificilísimos handicaps que salvar. En primer lugar, son cocineros por cuenta ajena, con las limitaciones e inconvenientes que ello supone. En segundo término, su trabajo es en verdad de misión, sociologicamente el país está en el populismo costumbrista; decir lo contrario sería engañarnos. Con estos problemas, muy gordos, por resolver, el movimiento está aquí, con nombres y apellidos que iremos recogiendo en el apartado de restaurantes.
En Lisboa: Luis Baena “Terraço”; Jose Avillez “Tavares”; Vítor Sobral “Terreiro Do Paço”; Bertilio Gomes "Virgula”; Henrique Sá Pessoa “Panorama” y Fausto Airoldi "Pragma do Casino de Lisboa” y en Cascais Ljubomir Stanisic “100 Maneiras”. Todos ellos merecen la notabilidad.