El menú como en cualquier asador castellano está perfectamente definido. Lechazo asado al horno de leña y lo que en ese momento apetezca. En este caso, si se pasa del asado, las chuletillas a la brasa, que se sacan sobre las ascuas al comedor, con la consiguiente humareda, que aporta aromas y mantiene el calor, están muy buenas; las mollejas hemos de calificarlas de memorables, estelares, dada la calidad y frescor del producto y las croquetas de jamón tienen a su vez justa fama, dada la delicadeza de que hacen gala. Y, por supuesto, ahí esta la morcilla de Aranda frita con pimientos rojos asados en horno de leña. Repostería primaria muy golosa.