Una añada histórica con un nombre legendario deparan un champán de época, que hace honor a la bebida, a la marca…a la vida. Como sucede con los grandes vinos que sobrepasan en plenitud al paso del tiempo.
En nariz las complejas notas de sales minerales, torrefacción y especias amaderadas se mezclan rápidamente con las de caramelo y cáscara seca de cítrico, deparando una seductora y refrescante sensación agridulce. En boca se muestra elegante, rico, penetrante, sin llegar a la opulencia, siempre con el inmenso mérito de una gran perfección y armonía. El perdurable gusto a cítricos confitados se asienta en el paladar y se funde en un sedoso y preciso conjunto que rezuma frescor y exquisitez.
Se compone de chardonnay y pinot noir con un tiempo de crianza de 13 años.