Con una máquina especial, se cortan las patatas en finas bandas de 25 cm de largo, luego se blanquean y se untan con mantequilla clarificada, sal ahumada y especias. A continuación, se ensartan en los pinchos para deshidratarlas en el horno a 75° C durante 12 horas y finalmente se fríen en abundante aceite de semillas a 175° C. Los hermanos Carlo y Marco Sacco, en sala y en cocina respectivamente, han logrado transformar el rústico restaurante familiar a orillas del lago de Mergozzo en una referencia de la alta restauración.