La Terraza del Casino, creatividad a -120 grados

Estimados amigos,

Ayer mismo estuve cenando en la afamada Terraza del Casino en Madrid, por aquello de "acercarnos" un poco más a la vanguardia de Ferrán sin peregrinar a Rosas.

Sólo puedo decir, después de reflexionar con el paladar y con la cabeza, que La Terraza del Casino ofrece una creatividad hoy trasnochada y sin raíces de identidad. Si bien la caipiriña nitro fue un comienzo apoteósico y los snacks nos hicieron soñar (qué caviar de melón con fruta de la pasión y menta!!), llegó un momento que tanto nitro nos congelaba el paladar de aburrimiento y las tapas sólo reflejaban conservadurismo (tarta de ceps con cebolla y bacon al oporto o huevos revueltos con gambas).

Los platos, si bien de maravillosa materia prima y buena ejecución, no mostraban ni mucho menos inquietud, sino complacencia a unas mesas más preocupadas por la mise en scene que por la mise en plat (Gazpacho de bogavante sin gracia, merluza con raviolis de malta que nadaban por el plato buscando su sitio sin encontrarlo).

Los postres, más de lo mismo, y si por si acaso no estaban todavía suficientemente anestesiadas las papilas, más nitro... y las pequeñas locuras no lo fueron tanto.

En suma, un servicio impecable, una materia prima excelente, pero una creatividad que no evoluciona y anclada en el nitro (habrá que esperar otros 5 años para llegar a la liofilización y al deshielo), concepción del menú y cultura gastronómica muy, pero que muy pobres.

Eso sí, gran carta de vinos y obligan a tomar el menú degustación sin opciones a la rebeldía gustativa que te permita sólo hacer un menú de snacks que a lo mejor conseguiría despertar la inquietud gustativa de esta ciudad.

Ignacio R. Garamendi
Madrid