7,5

Locanda Del Pilone

Masayuki Kondo
Masayuki Kondo
País: Italia
Localidad: Alba (Cuneo)
Dirección: Localita' Madonna Di Como 34 / Strada Della Cicchetta
mapa
(+39) 0173 366 616
Cierra:
Precio: 65/85 €


  • Gamba Cruda, Cocida, Salsa de Yogur y unas Gotas de Fruta de la Pasión
  • Gamba Cruda, Cocida, Salsa de Yogur y unas Gotas de Fruta de la Pasión
  • Tartar y Carpaccio de Fassone Piemontese, Caviar y Salsa de Hierba Limón
  • Tartar y Carpaccio de Fassone Piemontese, Caviar y Salsa de Hierba Limón
  • Espaguetis con Limón con Salsa de Caciucco y Crustáceos
  • Espaguetis con Limón con Salsa de Caciucco y Crustáceos
  • Supremo de Pato con Higo a la Grosella Negra y Cebolleta Confitada
  • Supremo de Pato con Higo a la Grosella Negra y Cebolleta Confitada

Desde la primavera de 2010, la gestión del local ha pasado de las manos de Alberto Zago a las de Antonino Cannavacciuolo, del restaurante Villa Crespi, en Orta San Giulio (ver en esta guía), quien ha enviado al chef japonés Masayuki Kondo a las espléndidas colinas que dominan Alba. Sin duda, la oferta gastronómica del establecimiento ha mejorado. Se ha ampliado, al igual que la motivación generada por la nueva dirección. La carta es muy variada: además de algunos clásicos de Villa Crespi, se ofrecen platos del mar y del Piamonte así como propuestas de Masayuki. Una muestra de gran inteligencia y clarividencia por parte del nuevo gerente. Tras tantos años de presencia en Italia, Masa (como lo llaman los miembros del personal de sala) tiene la ideas claras: el estilo y las técnicas de la alta cocina italiana que demuestra haber integrado se suman al rigor y al perfeccionismo típicos de sus orígenes nipones, lo cual se traduce en una cocina que valora la calidad de la materia prima, la precisión en las ejecuciones y la nitidez en el plato.
Estos conceptos se expresan claramente en la loncha de lengua de ternera, hervida y cortada espesa, depositada sobre un delicado fondo de anchoas y cubierta con tres daditos de salsa verde. Aquí, el conocimiento y el respeto de la tradición se ven mejorados por el estilo de Masa, quien opta por cortar un trozo espeso de lengua para reflejar mejor su esencia y sacar todo su sabor, siendo la salsa verde recogida en los tres daditos en vez de ser vertida en toda la loncha de lengua. Conocimiento de la historia, conocimiento de las técnicas de ejecución, esfuerzo por extraer el máximo sabor de cada elemento sin que uno interfiera con el otro ni se vea limitado: ideas claras. Este es el leitmotiv de todos sus platos. No se pierdan la óptima ensalada líquida de escarola sobre crema de queso burrata y migas de pan negro de montaña (un plato de Cannavacciuolo, ver sección “Grandes platos”). Otra combinación de delicadeza, suavidad y frescor: el tartar de gamba cruda, cocida y acompañada de una cremosa salsa de yogur y unas gotas de fruta de la pasión. El virtuosismo de Masa se manifiesta plenamente en el uso del cuchillo (típico de los cocineros japoneses) a través del plato que ilustra la fineza de la carne cruda de la raza Fassone Piemontese: un tartar cortado groseramente por una parte, y una loncha perfecta cortada en forma de carpaccio por otra. Todo ello condimentado con un poco de cebolla roja marinada, un toque de caviar y tres gotas de salsa de hierba limón. Además de su belleza, este plato se caracteriza por ser quizás el primero en presentar una variación significativa de un clásico de la cocina del Piamonte hecha con inteligencia y verdadero buen gusto. Exquisitos, sabrosos, delicados y cremosos, los ñoquis de ricotta con gambas; óptimos los espaguetis con limón (mezclados con clara de huevo y limón, únicamente) con salsa de caciucco (sopa de pescado, perfecta) y crustáceos. También hay que probar el risotto de azafrán con salsa de médula de buey, colocada en el centro para que no se mezcle en todo el plato. Entre los platos de resistencia optamos por la carne. En este apartado también se valora la calidad del elemento principal, caracterizado por la gran nitidez en el plato, las cocciones separadas y las salsas, siempre perfectas. Verdaderamente excelente el supremo de pato con higo a la grosella negra y cebolleta confitada, o la panza de cerdo con mango especiado, cebolla, gambas y salsa de vino picante. Los postres resultan igual de deliciosos, basados en el frescor de la fruta más que en el dulzor de las cremas. Exótica la sopita de coco, piña, helado de té verde y fruta de la pasión, así como el mousse de fruta de la pasión con helado de chocolate blanco, su cuscús especiado y crumble de jengibre. Última mención a favor del maître, Alessandro Corsini, de Alba, quien, además de conocer profundamente la cocina del chef, domina todos los detalles de la carta de vinos, que ofrece los mejores Barolo y Barbaresco así como una selección significativa de los grandes vinos artesanos originarios de distintas regiones de Italia y Francia.
A pesar de llevar escasos meses al frente de esta cocina, Masa ha alcanzado ya un gran nivel, y el futuro se augura más que prometedor…
 



7,5

Locanda Del Pilone

Masayuki Kondo
Masayuki Kondo
País: Italia
Localidad: Alba (Cuneo)
Dirección: Localita' Madonna Di Como 34 / Strada Della Cicchetta
mapa
(+39) 0173 366 616
Cierra:
Precio: 65/85 €


  • Gamba Cruda, Cocida, Salsa de Yogur y unas Gotas de Fruta de la Pasión
  • Gamba Cruda, Cocida, Salsa de Yogur y unas Gotas de Fruta de la Pasión
  • Tartar y Carpaccio de Fassone Piemontese, Caviar y Salsa de Hierba Limón
  • Tartar y Carpaccio de Fassone Piemontese, Caviar y Salsa de Hierba Limón
  • Espaguetis con Limón con Salsa de Caciucco y Crustáceos
  • Espaguetis con Limón con Salsa de Caciucco y Crustáceos
  • Supremo de Pato con Higo a la Grosella Negra y Cebolleta Confitada
  • Supremo de Pato con Higo a la Grosella Negra y Cebolleta Confitada

Desde la primavera de 2010, la gestión del local ha pasado de las manos de Alberto Zago a las de Antonino Cannavacciuolo, del restaurante Villa Crespi, en Orta San Giulio (ver en esta guía), quien ha enviado al chef japonés Masayuki Kondo a las espléndidas colinas que dominan Alba. Sin duda, la oferta gastronómica del establecimiento ha mejorado. Se ha ampliado, al igual que la motivación generada por la nueva dirección. La carta es muy variada: además de algunos clásicos de Villa Crespi, se ofrecen platos del mar y del Piamonte así como propuestas de Masayuki. Una muestra de gran inteligencia y clarividencia por parte del nuevo gerente. Tras tantos años de presencia en Italia, Masa (como lo llaman los miembros del personal de sala) tiene la ideas claras: el estilo y las técnicas de la alta cocina italiana que demuestra haber integrado se suman al rigor y al perfeccionismo típicos de sus orígenes nipones, lo cual se traduce en una cocina que valora la calidad de la materia prima, la precisión en las ejecuciones y la nitidez en el plato.
Estos conceptos se expresan claramente en la loncha de lengua de ternera, hervida y cortada espesa, depositada sobre un delicado fondo de anchoas y cubierta con tres daditos de salsa verde. Aquí, el conocimiento y el respeto de la tradición se ven mejorados por el estilo de Masa, quien opta por cortar un trozo espeso de lengua para reflejar mejor su esencia y sacar todo su sabor, siendo la salsa verde recogida en los tres daditos en vez de ser vertida en toda la loncha de lengua. Conocimiento de la historia, conocimiento de las técnicas de ejecución, esfuerzo por extraer el máximo sabor de cada elemento sin que uno interfiera con el otro ni se vea limitado: ideas claras. Este es el leitmotiv de todos sus platos. No se pierdan la óptima ensalada líquida de escarola sobre crema de queso burrata y migas de pan negro de montaña (un plato de Cannavacciuolo, ver sección “Grandes platos”). Otra combinación de delicadeza, suavidad y frescor: el tartar de gamba cruda, cocida y acompañada de una cremosa salsa de yogur y unas gotas de fruta de la pasión. El virtuosismo de Masa se manifiesta plenamente en el uso del cuchillo (típico de los cocineros japoneses) a través del plato que ilustra la fineza de la carne cruda de la raza Fassone Piemontese: un tartar cortado groseramente por una parte, y una loncha perfecta cortada en forma de carpaccio por otra. Todo ello condimentado con un poco de cebolla roja marinada, un toque de caviar y tres gotas de salsa de hierba limón. Además de su belleza, este plato se caracteriza por ser quizás el primero en presentar una variación significativa de un clásico de la cocina del Piamonte hecha con inteligencia y verdadero buen gusto. Exquisitos, sabrosos, delicados y cremosos, los ñoquis de ricotta con gambas; óptimos los espaguetis con limón (mezclados con clara de huevo y limón, únicamente) con salsa de caciucco (sopa de pescado, perfecta) y crustáceos. También hay que probar el risotto de azafrán con salsa de médula de buey, colocada en el centro para que no se mezcle en todo el plato. Entre los platos de resistencia optamos por la carne. En este apartado también se valora la calidad del elemento principal, caracterizado por la gran nitidez en el plato, las cocciones separadas y las salsas, siempre perfectas. Verdaderamente excelente el supremo de pato con higo a la grosella negra y cebolleta confitada, o la panza de cerdo con mango especiado, cebolla, gambas y salsa de vino picante. Los postres resultan igual de deliciosos, basados en el frescor de la fruta más que en el dulzor de las cremas. Exótica la sopita de coco, piña, helado de té verde y fruta de la pasión, así como el mousse de fruta de la pasión con helado de chocolate blanco, su cuscús especiado y crumble de jengibre. Última mención a favor del maître, Alessandro Corsini, de Alba, quien, además de conocer profundamente la cocina del chef, domina todos los detalles de la carta de vinos, que ofrece los mejores Barolo y Barbaresco así como una selección significativa de los grandes vinos artesanos originarios de distintas regiones de Italia y Francia.
A pesar de llevar escasos meses al frente de esta cocina, Masa ha alcanzado ya un gran nivel, y el futuro se augura más que prometedor…
 



7,5

Locanda Del Pilone

Masayuki Kondo
Masayuki Kondo
País: Italia
Localidad: Alba (Cuneo)
Dirección: Localita' Madonna Di Como 34 / Strada Della Cicchetta
mapa
(+39) 0173 366 616
Cierra:
Precio: 65/85 €


  • Gambero Crudo e Cotto, Salsa allo Yougurt, Frutto della Passione
  • Gambero Crudo e Cotto, Salsa allo Yougurt, Frutto della Passione
  • Tartare e Carpaccio di Fassone, Caviale, Cipolle Marinate e Salsa al Lemongrass
  • Tartare e Carpaccio di Fassone, Caviale, Cipolle Marinate e Salsa al Lemongrass
  • Spaghetti al Limone, Salsa al Caciuscco e Crostacei
  • Spaghetti al Limone, Salsa al Caciuscco e Crostacei
  • Supreme di Anatra con Fichi al Cassis e Cipolline Confites
  • Supreme di Anatra con Fichi al Cassis e Cipolline Confites

Gestione nuova dalla primavera 2010: subentra al bravo Alberto Zago, Antonino Cannavacciuolo del ristorante Villa Crespi di Orta San Giulio (recensito in questa guida) che ha mandato nelle splendide colline sovrastanti Alba, lo chef giapponese Masayuki Kondo. L'offerta gastronomica di questo locale è sicuramente migliorata; piu' ampia perchè ampio è lo stimolo che ispira questa gestione. Ben assortita la carta: accanto ad alcuni classici di Villa Crespi, ci sono proposte di mare e di Piemonte ma soprattutto ci sono i piatti di Masayuki. Questo è sintomo di grande intelligenza e lungimiranza da parte della nuova gestione. Dopo tanti anni passati in Italia, Masa (così lo chiamano i ragazzi della sala) ha le idee chiare: dimostra di aver assorbito lo stile e le tecniche della grande cucina italiana alla quale abbina il rigore e la ricerca della perfezione tipiche delle sue origini nipponiche, sviluppando così una cucina orientata a valorizzare la qualità della materia prima, la precisione nell'esecuzione, la pulizia nel piatto. Questi concetti sono molto evidenti nella fetta di lingua di vitello, bollita e tagliata spessa su un delicato fondo all'acciuga con sopra tre cubetti di salsa verde. C'è la conoscenza ed il rispetto della tradizione che viene miglorata dallo stile di Masa: la lingua è tagliata spessa per meglio renderne la morbidezza, cogliamo appieno il suo gusto essendo la salsa verde raccolta nei tre piccoli cubetti e non spalmata su tutta la fetta di lingua. Conoscenza della storia, conoscenza delle tecniche di esecuzione, sforzo per ottenere il massimo del gusto da ogni elemento senza che questi interferiscano tra loro limitandosi: idee chiare. Questo sara' il leit motiv di tutti i piatti. Da non perdere la sempre ottima insalata liquida di scarola su crema di burrata e briciole di pane nero di montagna (piatto di Cannavacciuolo, vedi rubrica "grandes platos"). Giocato sulla delicatezza, sulla dolcezza e sulla freschezza, il gambero crudo in tartare e quello cotto a cui sono abbinati una cremosa salsa allo yogurt ed alcune gocce di frutto della passione. Cogliamo appieno le doti di Masa con il coltello (come si addice ad ogni cuoco giapponese!) nel piatto inno alla finezza della carne cruda di razza Fassone Piemontese: da una parte, tartare tagliato non troppo sottile, dall'altra, una fetta perfetta, tagliata come per un carpaccio. Il tutto condito con poca cipolla rossa marinata, pochissimo caviale e tre gocce di salsa al lemongrass. Non solo questo piatto è bello da vedere, ma è forse la prima volta che vediamo una variazione significativa di un classico della cucina piemontese fatta con intelligenza e grande buongusto. Buoni i primi. Delicati e cremosi gli gnocchi di ricotta con scampi. Ottimi gli spaghetti al limone (impastati con solo albume e polvere di limone) con salsa di caciucco (perfetta) e crostacei. Da provare anche il risotto allo zafferano con salsa al midollo di bue posta in centro perchè non si mescoli in tutto il piatto. Tra i piatti di resistenza abbiamo scelto la carne; anche qui si valorizza la qualita' dell'elemento principale, per cui grande nettezza nei piatti con cotture separate e salse sempre perfette. Veramente squisita la supreme di anatra con fichi al cassis e cipolline confites cosi' come la ventresca di maiale, mango speziato, cipollotti, gamberi e salsa al vino piccante. Benissimo anche i desserts giocati sulla freschezza della frutta piu' che sulla dolcezza delle creme. Esotiche la zuppetta di cocco, ananas arrostito, gelato al thè verde e frutto della passione cosi' come la mousse al frutto della passione con gelato al cioccolato bianco su cous cous speziato e crumble allo zenzero. Ultima menzione per il maitre: l'albese Alessandro Corsini. Lasciatevi consigliare, egli conosce a fondo la cucina dello chef ma sopratutto conosce a fondo l'ampia carta dei vini che annovera il meglio del Barolo e del Barbaresco oltre ad una significativa scelta di grandi vini artigianali da varie regioni Italiane e francesi. Masa guida questa cucina da pochi mesi e gia' lavora a livelli molto alti: è giusto che ci si aspetti ancora di piu’ da lui in futuro.



7,5

Locanda Del Pilone

Masayuki Kondo
Masayuki Kondo
País: Italia
Localidad: Alba (Cuneo)
Dirección: Localita' Madonna Di Como 34 / Strada Della Cicchetta
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(+39) 0173 366 616
Cierra:
Precio: 65/85 €


  • Gamba Cruda, Cocida, Salsa de Yogur y unas Gotas de Fruta de la Pasión
  • Gamba Cruda, Cocida, Salsa de Yogur y unas Gotas de Fruta de la Pasión
  • Tartar y Carpaccio de Fassone Piemontese, Caviar y Salsa de Hierba Limón
  • Tartar y Carpaccio de Fassone Piemontese, Caviar y Salsa de Hierba Limón
  • Espaguetis con Limón con Salsa de Caciucco y Crustáceos
  • Espaguetis con Limón con Salsa de Caciucco y Crustáceos
  • Supremo de Pato con Higo a la Grosella Negra y Cebolleta Confitada
  • Supremo de Pato con Higo a la Grosella Negra y Cebolleta Confitada

Desde la primavera de 2010, la gestión del local ha pasado de las manos de Alberto Zago a las de Antonino Cannavacciuolo, del restaurante Villa Crespi, en Orta San Giulio (ver en esta guía), quien ha enviado al chef japonés Masayuki Kondo a las espléndidas colinas que dominan Alba. Sin duda, la oferta gastronómica del establecimiento ha mejorado. Se ha ampliado, al igual que la motivación generada por la nueva dirección. La carta es muy variada: además de algunos clásicos de Villa Crespi, se ofrecen platos del mar y del Piamonte así como propuestas de Masayuki. Una muestra de gran inteligencia y clarividencia por parte del nuevo gerente. Tras tantos años de presencia en Italia, Masa (como lo llaman los miembros del personal de sala) tiene la ideas claras: el estilo y las técnicas de la alta cocina italiana que demuestra haber integrado se suman al rigor y al perfeccionismo típicos de sus orígenes nipones, lo cual se traduce en una cocina que valora la calidad de la materia prima, la precisión en las ejecuciones y la nitidez en el plato.
Estos conceptos se expresan claramente en la loncha de lengua de ternera, hervida y cortada espesa, depositada sobre un delicado fondo de anchoas y cubierta con tres daditos de salsa verde. Aquí, el conocimiento y el respeto de la tradición se ven mejorados por el estilo de Masa, quien opta por cortar un trozo espeso de lengua para reflejar mejor su esencia y sacar todo su sabor, siendo la salsa verde recogida en los tres daditos en vez de ser vertida en toda la loncha de lengua. Conocimiento de la historia, conocimiento de las técnicas de ejecución, esfuerzo por extraer el máximo sabor de cada elemento sin que uno interfiera con el otro ni se vea limitado: ideas claras. Este es el leitmotiv de todos sus platos. No se pierdan la óptima ensalada líquida de escarola sobre crema de queso burrata y migas de pan negro de montaña (un plato de Cannavacciuolo, ver sección “Grandes platos”). Otra combinación de delicadeza, suavidad y frescor: el tartar de gamba cruda, cocida y acompañada de una cremosa salsa de yogur y unas gotas de fruta de la pasión. El virtuosismo de Masa se manifiesta plenamente en el uso del cuchillo (típico de los cocineros japoneses) a través del plato que ilustra la fineza de la carne cruda de la raza Fassone Piemontese: un tartar cortado groseramente por una parte y una loncha perfecta cortada en forma de carpaccio por otra. Todo ello condimentado con un poco de cebolla roja marinada, un toque de caviar y tres gotas de salsa de hierba limón. Además de por su belleza, este plato se caracteriza por ser, quizás, el primero en presentar una variación significativa de un clásico de la cocina del Piamonte hecha con inteligencia y verdadero buen gusto. Exquisitos, sabrosos, delicados y cremosos, los ñoquis de ricotta con gambas; óptimos los espaguetis con limón (mezclados con clara de huevo y limón, únicamente) con salsa de caciucco (sopa de pescado, perfecta) y crustáceos. También hay que probar el risotto de azafrán con salsa de médula de buey, colocada en el centro para que no se mezcle en todo el plato. Entre los platos de resistencia optamos por la carne. En este apartado también se valora la calidad del elemento principal, caracterizado por la gran nitidez en el plato, las cocciones separadas y las salsas, siempre perfectas. Verdaderamente excelente el supremo de pato con higo a la grosella negra y cebolleta confitada, o la panza de cerdo con mango especiado, cebolla, gambas y salsa de vino picante. Los postres resultan igual de deliciosos, basados en el frescor de la fruta más que en el dulzor de las cremas. Exótica la sopita de coco, piña, helado de té verde y fruta de la pasión, así como el mousse de fruta de la pasión con helado de chocolate blanco, su cuscús especiado y crumble de jengibre. Última mención a favor del maître, Alessandro Corsini, de Alba, quien, además de conocer profundamente la cocina del chef, domina todos los detalles de la carta de vinos, que ofrece los mejores Barolo y Barbaresco así como una selección significativa de los grandes vinos artesanos originarios de distintas regiones de Italia y Francia.
A pesar de llevar escasos meses al frente de esta cocina, Masa ha alcanzado ya un gran nivel, y el futuro se augura más que prometedor…
 



6

Asador Nikolas

Juan José Iradi
País: España
Localidad: 20008 San Sebastián (Guipúzcoa)
Dirección: Cno. Bustinzuri, 10 (Igeldo)
mapa
(+34) 943217151
Cierra: Lunes noche y martes todo el día
Precio: 40 €


  • Guindillas fritas
  • Guindillas fritas
  • Kokotxas de merluza rebozadas
  • Kokotxas de merluza rebozadas
  • Chipirones en su tinta
  • Chipirones en su tinta
  • Croquetas de jamón
  • Croquetas de jamón

De haber nacido en el Cantábrico, Serrat le habría cantado a este mar camino del Asador Nikolas, en Igueldo, que tiene una cocina —vasca, naturalmente— más alta que el horizonte. Su especialidad es la parrilla. Técnica culinaria que en este punto del mapa es de alta definición popular. La carta del Nikolas se adivina desde el parking, hasta donde llegan las fragantes notas de sabor que desprenden los mejores productos del ecosistema nutritivo guipuzcoano: peces salvajes y chuletones, que Juan José Iradi prepara a la brasa.
El banquete comenzó con una croqueta de jamón embelesadora, con una besamel fina, delicada, de sabor abundante por su generosa cantidad de picadillo. Semejante tesoro merecía la protección de una costra más crujiente y ligera, algo menos gruesa. En cualquier caso, un frito magnífico.
El plato de guindillas estaba insuperable. De piel imperceptible, de tamaño uniforme, fritas todas por igual, sin que ninguna presentase partes más doradas que otras, diríase que hechas una a una con paciencia y, además, ninguna picaba.
A continuación, nos refrescamos con una ensalada de genuino tomate de aire libre, alegrado con media juliana de cebolla roja y aceite de oliva navarro. Gratísima, con ese sabor a tomate verdadero cada vez más inusual; aunque el nuestro carecía de la madurez óptima.
Los clásicos de la joyería marina comenzaron por la kokotxa de merluza fresca. En Nikolas las comimos perfectamente rebozadas, en ese punto exacto que preserva toda la jugosidad de tan gelatinoso y carnoso manjar. Los chipirones en su tinta deben analizarse por separado: la salsa negra era gloriosa: fina, elegante, sedosa, de sabor pleno. El cefalópodo, en cambio, llegaba al plato agotado, con síntomas de extenuación sápida. Su tersura se había perdido en una cocción infinita. No habían pasado fugazmente por una sartén echando chispas y saltar de ahí corriendo a soltar sus jugos en la salsa negra, una vez retirada del fuego, claro.
Finalizamos con la muxarra o sargo a la parrilla, servido en un perfecto punto de asado que amplificaba la tersura y frescor de este pez de roca. Para nuestro gusto, le sobraba el refrito de ajo, que fijaba innecesariamente los volátiles de tan sabroso pescado, que es de lo poco silvestre que puede comerse hoy.
Finalmente, un arroz con leche buenísimo, aunque al lácteo le faltaba un poco más de condesación o de granos, según; una sabrosa tarta de queso fresco batido con nata, cubierto con una fina capa de exquisita frambuesa de monte; una suculenta mamia de leche de oveja y un Biscuit de plátano enriquecido con chocolate. En resumen, un clásico de la mejor cocina vasca de ayer, hoy, mañana y siempre.

 



7

Monastrell

María José San Román
María José San Román
País: España
Localidad: 03002 Alicante.
Dirección: Rafael Altamira, 7. Hotel Hospes Amérigo.
mapa
(+34) 965200363
Cierra: Domingos y Lunes. En verano, suele cerrar a mediodía.
Precio: 55/75 €
Precio menú degustación: 55 y 65 €


  • Lasaña de Calabaza, Queso y Salvia
  • Lasaña de Calabaza, Queso y Salvia
  • Calamar con Gambitas Rojas al Ajillo con Azafrán y Berenjena
  • Calamar con Gambitas Rojas al Ajillo con Azafrán y Berenjena
  • Arroz Meloso con Bogavante
  • Arroz Meloso con Bogavante
  • Arroz Azafranado con Sepionet
  • Arroz Azafranado con Sepionet
  • Plato de Chufas
  • Plato de Chufas

María José San Román campea por sus fueros en este flamante y precioso restaurante ubicado en el suntuoso hotel Hospes Amérigo, que dispone de una encantadora terraza en verano, que abarrota un día sí y otro también un público internacional de alto standing. Con el traslado de la antigua ubicación a este lugar se ha producido una renovación completa de la carta, de inconfundible carácter moderno, en la que se alternan platos muy comprometidos con otros más convencionales, eso sí, siempre refinados, livianos y con una estética muy cuidada, como corresponde al buen gusto de tan distinguida dama.
No dejan indiferentes a nadie, absolutamente a nadie, construcciones tan originales y con contrapuntos tan fuertes como la ostra Guillardeau nadando en un licuado de manzana verde, pepino e hinojo con escarcha de vermut. Sabor pleno a mar impregnado de frutosidad y cargado de aromas. La osadía no solo tiene este testimonio, también la encontramos, eso sí algo más moderada, en la ensalada de pulpo asado con cerveza, que brinda unos medallones grandes, tiesos y sabrosos, realzados con un aliño de ceviche. La sofisticación llega a su máxima expresión con la lasaña de calabaza, queso ahumado y aire de salvia, donde estos dos últimos elementos se expresan con toda su naturalidad, aportando la hierba frescura y fragancias a la suculencia derivada del queso. Esta claro que esta cocina no se parece a ninguna, que manifiesta una personalidad arrolladora, la que exhibe la propietaria. Más convencional dentro de un nítido estilo mediterráneo de gran nobleza resulta la composición de calamar con gambitas rojas al ajillo con azafrán y berenjena, exquisitez en la que cada manjar se manifiesta inmaculado y en perfecta armonía.
La casa maneja muy bien los arroces; igual que los fideos. Un primer testimonio lo tenemos en un plato de carnaza, carnaza excelsa, arroz con bogavante, o bogavante con arroz, todo ello en medio de un profundo bisquet, por aquello de que la fórmula es caldosa, con verduras, preservando el crustáceo un cuerpo atlético y un sabor pleno. Igual de buena la versión seca, un arroz azafranado con sepionet coronado con unos escalopes, situados por encima con forma de abanico, de pechuga de pollo penedecense. Y soberbios los postres, en especial la chufa de alborada en texturas con bizcocho de limón y almendra, que alardea de motivos texto, con sus correspondientes texturas.

 



Raimundo García del Moral

Gastronomía Molecular de la Carne (II): Arquitectura Microscópica

La observación a simple vista de cortes transversales de una buena carne ya permite identificar sus dos componentes fundamentales: el músculo de color rojo oscuro intenso y el veteado blanquecino de grasa y tejido conjuntivo que lo surca (figura 1). Este veteado se distribuye de forma ordenada y se condensa progresivamente hasta formar membranas fibrosas que envuelven a los músculos proporcionándoles soporte mecánico y tendones que les sirven de anclaje al esqueleto.
Estructura microscópica y función del músculo
Cada músculo está formado por fascículos de fibras musculares agrupadas y cada fibra muscular corresponde a una gigantesca célula de 0,1 mm de diámetro y hasta 30 centímetros de largo que contiene a su vez numerosos haces de microfilamentos, unos más gruesos de miosina y otros más finos de actina, estos últimos anclados a los discos Z que son el armazón de la sarcómera (figura 2). La sarcómera es la unidad muscular más pequeña dotada de capacidad contráctil, de forma similar a como cada celda fotovoltaica de un panel solar es el elemento más pequeño capaz de producir energía autónomamente. En esta estructura las moléculas de miosina engranan entre las de actina de modo similar a como lo hacen el pistón y el cilindro de un motor de explosión (figura 2).
La gasolina que hace contraerse al músculo (es decir con el pistón de actina ocupando casi el 50% del espacio creado dentro del cilindro de miosina) es la energía que la fibra muscular obtiene de la glucosa y el oxígeno que le llegan con la sangre. No obstante para que la contracción se inicie, como ocurre en el motor de explosión, hace falta que una descarga eléctrica arranque el proceso. Esa chispa la proporcionan los nervios a través de la liberación última de calcio, el fulminante de muchas de las reacciones bioquímicas que ocurren en el cuerpo humano. Precisamente por su capacidad detonante el calcio está sometido a un estricto control por parte de las fibras musculares, que lo mantienen activamente fuera de ellas o lo almacenan en su interior dentro de unos polvorines especiales llamados cisternas del retículo endoplasmático.
Cuando el cerebro ordena a un músculo que se contraiga, la corriente eléctrica transportada por los nervios llega hasta las fibras musculares y produce la entrada brusca de calcio desde el exterior de la célula así como su liberación masiva por parte de las cisternas de retículo endoplasmático; entonces el músculo se contrae. Solamente cuando desaparece el fulminante porque el calcio es devuelto de nuevo al exterior de la célula o a sus reservorios el pistón de actina sale del cilindro de miosina y el músculo se afloja. Como puede imaginarse, para devolver el calcio a su sitio y que el músculo se relaje hace falta una gran cantidad de energía; de hecho el músculo necesita más energía para relajarse que para contraerse.
Como se verá en el próximo capítulo este complejo mecanismo de funcionamiento del músculo es el responsable de la aparición de la rigidez cadavérica o rigor mortis tras la muerte de los mamíferos y de cuya adecuada resolución depende que el músculo se transforme adecuadamente en carne.
Estructura microscópica y funciones de los tejidos graso y conjuntivo
Hablar de variabilidad en las texturas cárnicas es hablar de grasa y de tejido conjuntivo. La grasa está formada por las células adiposas o adipocitos (figura 3, asteriscos) que se encargan de acumular triglicéridos en el animal como almacén de energía a largo plazo. Los adipocitos tienden a depositarse bajo la piel aunque existen determinadas especies y razas privilegiadas para los gastrónomos que selectivamente acumulan grasa dentro del músculo para formar parte de su veteado, siendo el ejemplo más evidente y cercano la carne de cerdo ibérico. Aunque en mayor o menor medida todas las carnes contienen grasa su proporción está muy vinculada al tipo de animal (no es lo mismo una vaca que un ave), la raza (cerdo ibérico frente a cerdo blanco) la edad (buey o ternera) y la dieta de engorde recibida.
La grasa intramuscular influye de manera determinante en las características organolépticas de las carnes, pues les confiere aroma, jugosidad y sabor y, por su capacidad para lubricar la faringe y el esófago, facilita su deglución. Por esto cuando una carne no contiene grasa resulta muy seca e insípida y produce atragantamientos más fácilmente. Además, la aportación de la grasa a la dureza de la carne es mínima, pues en crudo ofrece poca resistencia a la masticación y tras ser sometida a la acción del calor se funde o ablanda fácilmente.
El tejido conjuntivo del veteado de la carne además de contener la grasa también incluye los vasos sanguíneos encargados de nutrir los músculos y los nervios que los hacen funcionar. Este tejido, también denominado conectivo por su capacidad para unir a las fibras musculares entre sí y a los tejidos adyacentes, está formado por las fibras de colágena, el componente fibrilar denso que constituye un tercio del total de las proteínas de los mamíferos y al ser calentado por encima de los 70º C se descompone para dar origen a la gelatina. Desde el punto de vista estructural, las fibras de colágena son responsables de la dureza de los músculos por lo que también se les conoce como nervios blancos, denominación errónea pero consagrada por el uso. A su vez, las fibras de colágena están formadas por la agrupación de múltiples moléculas más sencillas de colágeno una proteína fibrilar de la que en los mamíferos existen numerosas variedades aunque en el tejido conjuntivo muscular predomina el de tipo III. El colágeno es rígido e inextensible y en crudo tiene gran resistencia al corte y a la masticación, precisamente por su estructura fibrilar y la sucesiva agrupación en haces cada vez más gruesos hasta formar grandes tabiques y tendones. De hecho, la colágena densa del músculo posee una resistencia a la tracción que a igualdad de grosor es mayor que la del acero inoxidable.
Endomisio, perimisio y epimisio muscular
La observación al microscopio de cortes muy finos de carne permite apreciar la organización de las fibras musculares estriadas y del tejido conjuntivo que las soporta (figuras 3 y 4). A modo de resumen, cada fibra muscular aislada está envuelta por una delgada capa de tejido conjuntivo llamada endomisio (figura 3, flechas) que tiene baja proporción de colágeno de tipo III. Cuando las fibras musculares se van agrupando en haces para formar fascículos primarios y secundarios, sucesivamente son rodeadas por capas cada vez más gruesas de tejido conjuntivo denso rico en colágeno de tipo III que reciben los nombres de perimisio primario (figura 4, a), secundario (figura 4, b) y terciario (figura 4, c) respectivamente. Estas capas son las principales responsables de la textura fibrosa de la carne antes de su cocción. La tercera y última envoltura conjuntiva de los músculos es el epimisio (no mostrado en la figura 4) o membrana fibrosa que los recubre y delimita externamente y les proporciona protección y conexiones con otros músculos, tendones o estructuras vecinas. Esta dura capa de epimisio puede ser retirada o no por el cocinero durante la limpieza previa de la carne dependiendo de la preparación gastronómica que vaya a realizarse.
La cantidad y grosor de los perimisios, incluso dentro de una misma especie, está determinada por diversos factores como la raza y edad del animal, el tipo de músculo considerado y su mayor o menor desarrollo por el ejercicio (los músculos muy entrenados tienen perimisios más gruesos). De forma general se acepta que los perimisios gruesos están asociados a mayor dureza de la carne, así como que las diferencias en el tejido conectivo intramuscular entre los animales de una misma raza es debida fundamentalmente al espesor de los perimisios ya que los del epimisio y endomisio apenas varían. Y por supuesto, la mayor o menor integridad residual de los perimisios tras el cocinado de la carne, y que depende del tratamiento térmico recibido, será el principal determinante de su textura en el plato.
Los enlaces cruzados del colágeno y la dureza de la carne
Pero los perimisios de la carne no se diferencian únicamente por su grosor. Otro factor de gran importancia que condiciona su dureza, estabilidad y resistencia al calor son los enlaces cruzados (crosslinks de los anglosajones) que con el transcurso del tiempo se van generando entre las moléculas adyacentes de colágeno para estabilizar las estructuras de soporte muscular. Estos enlaces cruzados pueden formarse por mecanismos enzimáticos o por vía química espontánea. El primer proceso, que se realiza a través de una enzima o catalizador de la reacción, es directo, específico, más rápido y predominantemente ocurre en los colágenos jóvenes. Consiste en transformar los enlaces divalentes poco fuertes que existen entre las moléculas adyacentes de colágeno en enlaces cruzados trivalentes de alta estabilidad, por lo común sobre residuos del aminoácido lisina, por la actuación de la enzima oxidasa de lisina.
En la vía química (indirecta, inespecífica y que avanza conforme progresa la vida de cada individuo) la glucosa interacciona lenta y espontáneamente con la lisina del colágeno a través de una reacción de Maillard autolimitada que ocurre a la temperatura corporal del animal. Este proceso, conocido como glicación de las proteínas, es especialmente importante en las de larga vida como el colágeno maduro y en patología humana es uno de los mecanismos principales de envejecimiento de las proteínas como ocurre en la diabetes.
La castración de los machos y la alimentación intensiva de los animales afectan de manera muy importante a la formación de enlaces cruzados entre las moléculas de colágeno. En la primera maniobra, que en los cerdos macho se realiza para prevenir los olores desagradables conocidos como tufo a verraco debidos a la presencia de metabolitos de las hormonas sexuales en la grasa del animal, se ha observado que en la carne de los animales castrados existe una menor proporción de tejido conectivo intramuscular y que este, a su vez, contiene menos colágeno de tipo III y menos enlaces cruzados trivalentes que en los animales sin capar. Por este motivo, la carne de los capones es más blanda, pues al fin y al cabo el aumento de su dureza no es más que el reflejo de la mayor actividad metabólica del animal mediada por la testosterona.
La otra situación fisiológica especial que afecta a la dureza de las carnes es la alimentación intensiva o cebado, que provoca un desarrollo muscular acelerado en el animal, durante el cual se incrementa la renovación del tejido conectivo con formación de nuevo colágeno, que tiene menos y más jóvenes enlaces cruzados y determina una mayor terneza de la carne, aunque resulta menos sabrosa.
Precisamente la alta estabilidad térmica y mecánica que proporcionan los enlaces cruzados al tejido conjuntivo intramuscular, sobre todo en el ganado vacuno de mayor edad, obliga a maduraciones más largas de la carne en la cámara frigorífica y a un tratamiento térmico más intenso para lograr su gelatinización; aunque ¡ojo!, ni la maduración de la carne ni la administración de calor pueden aumentarse indefinidamente sobre la carne sin producir graves efectos deletéreos sobre sus cualidades organolépticas, tal y como se comentará en el próximo capítulo.

Pies de figuras:
Figura 1.Chuleta de vacuno mayor. Nótese el patente entreverado blanquecino que posee.

Figura 2. Sarcómera de músculo estriado que muestra el solapamiento entre los filamentos de actina y miosina como el pistón y el cilindro de un motor de explosión. Nótese como la posición relativa de cada molécula respecto a la otra es diferente dependiendo del estado de relajación-contracción que adopta el músculo.
Tomada de: http://scienceblogs.com/clock/2006/06/bio101_lecture_7_physiology_co_1.php

Figura 3. Adipocitos (marcados con asterisco y que aparecen como espacios vacíos) dentro del tejido conectivo intramuscular y donde forman parte del veteado. Con flechas se remarca el endomisio de una de las fibras musculares. Corte histológico de la carrillada de vacuno con el tejido conjuntivo teñido de rojo Sirio, las fibras musculares de amarillo y vista con el objetivo de 200 aumentos.

Figura 4. Tejido conectivo intramuscular de la carrillada de vacuno con el tejido conjuntivo teñido de rojo Sirio, las fibras musculares de amarillo y vista con el objetivo de 40 aumentos. Obsérvese como el tejido conjúntivo más fino (endomisio) va confluyendo en tabiques cada vez más gruesos para configurar perimisios primarios (a), secundarios (b) y terciarios (c).
 

  • Figura 1
  • Figura 1
  • Figura 2
  • Figura 2
  • Figura 3
  • Figura 3
  • Figura 4
  • Figura 4