Anda un tanto revuelta últimamente la sociedad guipuzcoana –tal vez también algunas otras- como consecuencia de un asunto social de cierta enjundia.
De un tiempo a esta parte y creo que promovidos por la Diputación Foral, se han puesto en marcha, en diferentes puntos del territorio, una serie de pisos de acogida en los que se intenta que jóvenes inmigrantes con dificultades para adaptarse al medio, puedan encontrar un lugar desde el que iniciar una nueva vida.