Las piezas son un atentado a la naturaleza y a la ecológica. Si usted se puede sustraer a lo que eso significa, disfrutara de estas angulas con sabor a sardinillas. Al ser tan pequeñas, la textura es mucho más delicada, menos pastosa que en las grandes; delicadeza que se traslada al sabor, tenue y natural, sin apenas repercusión del aceite. Tanta sutilidad dentro de la sabrosura propia en este pescado lleva a que se zampe media lata gustosamente en un santiamén.