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Madrileño, Taberna de Buenaventura


Cocido Taberna de Buenaventura
Buenaventura Campos
Pays: España
Localité: 28001 Madrid
Adresse: Hermosilla, 69
(+34) 915758365
Jours de fermeture: Domingos en verano y en invierno los lunes, así como agosto
Prix à la carte: 23 € Se sirve todos los días


Una taberna tan madrileña como el más castizo de los cocidos, con un rótulo exterior que anuncia «Vinos. Comidas y Mus», quizá el «deporte» nacional en la capital. La casa tiene una historia curiosa: después de muchos años especializada en comidas caseras, pasó a ser una pizzería durante una veintena de años; para después reconvertirse y volver a los orígenes y hacer del cocido el plato estrella.
Es una taberna con sabor, con una amplia barra, bien surtida, en la que se ofrecen cada semana diversos vinos, de distintas procedencias, por copas. Unas cuantas mesas sirven, además, para echar la partida de mus. En las paredes, fotografías taurinas. Para que no falte nada, un organillo. El comedor, dentro, pequeño, pero agradable.
El cocido, que sólo se ofrece a mediodía, se sirve en los tradicionales tres vuelcos. Va de menos a más y no porque la sopa que abre plaza esté nada mal. Le seguirá la fuente de verduras: garbanzos –bien remojados, algo importantísimo–, repollo, patatas y zanahoria. Nada escasa la fuente, por cierto. Al lado, la clásica salsa de tomate y un correcto aceite de oliva.
Lo mejor, al final: las carnes, copiosísimas y de una gran calidad. Por allí el hueso de caña, aquí el morcillo, a ese lado el chorizo, enfrente la morcilla, por el otro lado la gallina, más allá la falda de ternera, por el medio el tocino... Todo bueno, incluido el irrenunciable relleno, realmente esponjoso y sabroso.
Aparte del cocido, varias ensaladas, pescados «cantados» –dependen del mercado– elaborados con fórmulas convencionales y alguna carne, como rabo de toro o solomillo. Tampoco hay que olvidar sus callos, rústicos pero absolutamente convincentes.
Postres típicos y bodega suficiente. Una buena dirección para disfrutar del más emblemático de los platos madrileños, en una casa que ha vuelto a sus raíces y ha sabido especializarse en uno de los más notables cocidos de la Villa y Corte... como lo demuestra la fidelidad de la clientela ¡Ah! Con dos raciones comen tres hasta ahitarse de satisfacción.

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