Festivo en todas sus manifestaciones, tanto olfativas como sápidas. La fruta, grosellas maduras, se expresa viva y hasta con rotundidad, con toques florales y a tierra roja. La mineralidad también está ahí presente, además de una tenuue  madera, que aporta tonos tostados y especiados: cacao, pimienta, clavo, vainilla... harto complejo. En boca refrenda esas sensaciones: fresco, frutoso, boscoso, ligero y tánico, manifestaciones muy atemperadas, con matices dulces y amargos. En definitiva, tiene su importancia y a la vez se hace muy fácil de beber.
80% Tinta Fina, 10% Cabernet Sauvignon y 10% Merlot. La crianza duró 14 meses en barrica de roble francés, ruso y americano. En cristal desde  setiembrede 2011. 200.000 botellas y 5.000 mágnum.

Un vino diferente, en cuanto ostenta características organolépticas muy definidas, en las que sobresale claramente el amargor, derivado de la elaboración y de la crianza en barrica. Amargor, muy sutil, aunque nítido, inconfundible, que promueve referencias a tostados, café y almendra amarga. Para ser un burdeos, es un vino delicado, aunque con la plena identidad que distingue a las variedades y la zona.

60% merlot y 40% cabernet sauvignon. El periodo de crianza en roble francés fue de 12 meses, el 30% nueva. Se embotello en setiembre de 2001.

Tiene entidad y caracteres reseñables que le hacen muy atractivo. Aromas pronunciados y persistentes, sobresaliendo los de frutas rojas, arándanos, que se ven completados con otros propios de la estancia en madera como son tostados, ahumados y especias. En boca se manifiesta sabroso y con cuerpo sin dejar por ello de ser elegante y armónico. Aparecen bien integradas la fruta y las aportaciones de la crianza. Están presentes la acidez, el amargor y la tanicidad, sabores que aparecen muy compensados.

Participa únicamente la tinta del país. Su estancia en barricas de robles francés y americano fue de 16 meses. Su paso a cristal data de principio de verano de 2003.

Es la expresión más sofisticada y exquisita de tan legendaria casa. Destaca por su vinosidad, por su carácter, por su complejidad, cualidades que compagina con un marcado frescor. Brinda aromas cítricos, a manzana y a confituras, quizás de albaricoque, quizás de melocotón, muy gratos, un tanto seductores, sin que falte la presencia de frutos secos y notas tostadas. En boca reproduce la sensación agridulce que distingue su nariz, con acidez y madurez, no sólo de la fruta sino también de una larga crianza en bodega, que incita a seguir bebiendo pese a su indudable fuerza y complejidad.

Elaborado con un 64 % de pinot noir y 36% de chardonnay, uvas procedentes de exclusivamente de 8 Grands Crus. Su crianza dura 6 años.