Fidel Puig y Santiago Rebés han asentado, como no podía ser de otra manera, su magnífico proyecto de gastronomía posibilista. Hasta tal punto, que el restaurante está siempre lleno, doblando las mesas todas las mañanas. La explicación es bien...
La comida no ofrece dudas: lechazo, lechazo y lechazo. Es el que más satisfacción de cuantos hayamos comido en Aranda y por eso es el que figura en especialidades en el citado apartado (ver descripción). Y antes una estupenda morcilla de Aranda, unas formidables mollejas y una ensalada. Buen queso y a darse al asado y al Ribera del Duero, que hay muchos y muy buenos.