Feblame, S.L.
Cuántos y cuántos y cuántos jamones de gran calidad de este país se cambiarían por esta cecina. El artífice de tan esmerado producto es Santiago Blanco, que ha heredado de su padre y su abuelo el saber hacer. Su secreto es la meticulosa selección de las vacas, que han de tener entre 6 y 10 años y ser gordas. Luego, él elabora esas carnes magistralmente, utilizando para ello, además de la propia carne, sal, manteca de cerdo, aceite de oliva, vinagre y humo, dejando una curación que va de 14 a 24 meses. Su producción anual ronda los 50.000 kilos, que comercializa con la garantía de la Denominación Específica Cecina de León. Tonalidad de vaca mayor y de una prolongada curación; por consiguiente, oscura. Excepcional aroma, en el que la curación, el ahumado y la carne forman un conjunto armónico de gran entidad. Plena de sabor, a carne noble, a vaca bien curada, con un puntito alegre de sal que le da vida, sin pecar y con un toque de humo que añade encanto y garra a un bocado que ennoblece la cecina, llevándola al Olimpo gastronómico. No se puede sacar más partido.