FRANCESC COLLELS, S.L.
Caballas pequeñas, de unos seis o siete centímetros sin cabeza, que conservan inmaculadamente su piel, que luce un plateado rutilante, asi como el cuerpo, aparentando una impecable pinta. Sabor muy natural, a pura y plena caballa, delicada dada su escasa dimensión, potenciada sutilmente por la sal y el aceite, que se expresan comedidamente, resaltando las cualidades intrínsecas. El refinamiento gustativo se ve reflejado en la textura, deshaciendose en boca gratamente, sin pastosidad alguna. Un mérito más, el aceite de oliva se manifiesta tenue, lubricando sin repercutir más que lo imprescindible.