Asombran sus aromas, un tanto especiales, en los que uno cree encontrar frutas rojas maduras, también minerales, regaliz, almendras, nueces y especias dulces, mostrando una extraordinaria y seductora complejidad. En boca se reproducen sensaciones acordes, que le confieren una considerable entidad, tras las que se aprecian caracteres básicos, expresados en perfecto equilibrio: apreciable acidez, cierto amargor y una pulida tanicidad.
En su composición intervienen un 90% Tempranillo y un 10% entre Graciano y Mazuelo. Permaneció criando 21 meses en barricas de robles francés (70%), caucásico (20%) y americano (10%). Se embotelló en Mayo de 2010.