Un vino que refleja a las mil maravillas la identidad de la uva y la zona y que sin perder un ápice de las características típicas que se derivan de una y otra ha sabido mostrar aires rejuvenecidos y refinados. Rusticidad bien entendida en la que prevalece la fruta y la conjunción, mostrando una considerable estructura y una motivadora complejidad. Moras, regaliz, bosque, vainilla, torrefactos y madera. A una primera sensación dulce en boca le sigue un carácter evidentemente amargo deparando una dúctil tanicidad. Muy bien integrada los matices derivados de la crianza en la fruta; fruta madura y expresiva. Denso, carnoso y cálido, todo con mesura. 100% tinta de Toro o tempranillo. Fermentación maloláctica en barrica y posterior crianza de 14 meses en roble francés. En botella desde el 15 de octubre de 2006. 2.000 botellas.