Frutal, con aromas y sabores propios del bosque, a bayas silvestres muy maduras, recogidas en plena sazón, impregnadas de notas de madera, especiadas y balsámicas. En boca se reproducen esas sensaciones, fruta negra y especias, con dulzor, melosidad, acidez y tanicidad, sobre una estructura considerable, lo que le convierte en un vino con bastante empaque. Sobresale el conjunto, la integración y la buena impresión que brinda.
100% tinta fina. 18 meses en maderas de roble francés Allier. 250.000 botellas de 750 ml. y 5.040 mágnum.