Una etiqueta mítica entre los riojas. Un vino elegante, equilibrado y personal que, siendo un clásico, está plenamente vigente. Tiene vida, mucha vida, que se deja notar en la acidez y tanicidad, ambas expresadas como cualidades, que, junto a la presencia de confituras de frutas, frutos secos, especias, cuero y torrefacto, configuran un todo conjuntado y con encanto, al que también contribuye una entrada dulce. No puede estar más entero para la edad que tiene.
Elaborado en un 95% con Tempranillo y el resto con Graciano. Hizo la fermentación maloláctica en barricas de roble francés y americano, para pasar 36 meses en madera.