En su segundo año, Álvaro Garrido, que desde sus inicios asumió un proyecto muy personal y coherente, que se concreta en un local curioso frente al mercado de La Ribera en el que únicamente ofrece un menú degustación, que admite algún cambio, ha superado todas las dificultades que suponen los inicios y la exclusividad, para asentar una de las mejorcitas cocinas de Euskadi. Repetimos, una de las más talentosas y sólidas propuestas culinarias del país.