Emiliano y el placer de la exclusividad
Situado en uno de los barrios más nobles de la ciudad de Sao Paulo, en pleno corazón del barrio de Jardins, se encuentra el Hotel Emiliano. La calle, rua Oscar Freire, la mejor de la ciudad, llena de cafés, tiendas de marca, digamos que es, el point. El edificio tiene una fachada de vidrio reflexivo con una estructura toda recortada inclinada hacía fuera proyectada encima de un helipuerto. Mucha luz, 22 pisos y 57 habitaciones, 2 habitaciones y una suite por piso. Del spa una vista panorámica de la interminable ciudad. El proyecto del primer Hotel Boutique paulistano, lleva el sello del arquitecto Athur Mattos Casas. Minimalismo puro, ambiente clean y refinado con claras influencias orientales. Una decoración libre de excesos donde todo tiene su firma, el mobiliario de Mattos Casas, las butacas de cuerda de los hermanos Campana, los uniformes del personal del modisto Ocimar Versolato. El mimado hospede tiene a disposición un servicio de 3 personas, educadas con el savoir faire que los clientes del Hotel merecen. Un cocktail de bienvenidas, regalos de cortesía, masaje relajante, limpieza de zapatos, frutas y bombones, guardar las ropas en el armario y arreglar la maleta, son algunas de las atenciones que se reciben. Al lado del hall de entrada, una sala con estanterías repletas de libros de arte de libre acceso y la posibilidad de elegir entre 150 periódicos diferentes. ¿No es un lujo? Un sofisticado bar frecuentado por un público de clase alta, cuenta con una carta de 70 rótulos de champagne y espumosos, una carta de cervezas importadas, carta de te y degustación de caviar y de huevas. La gastronomía del restaurante del Emiliano es refinada y con mucha clase. José Baratino fue chef revelación en 2007. Comanda las cacerolas con mucho cariño y dedicación, es de aquellos chefs que raramente se ausentan del restaurante. En sus manos y su mente tiene que crear 5 menús; el desayuno, la comida con opción a un menú ejecutivo, la cena, el vegetariano y un menú infantil. Los domingos, ofrecen un brunch espectacular. En la cocina de Baratino se preparan artesanalmente todas las pastas, trabaja con carnes de caza, aves, pescado fresco que reciben todos los días del puerto de Paraty (cerca de Río de Janeiro). El tortelli de patata y cebolla con trufa negra y parmesano, la langosta a la brasa de piedras volcánicas con sal marino del pacífico, son referencia en sus elaboraciones. Interesante el trabajo que desarrolla en sus recetas con una bebida alcohólica que se llama hidromiel, fermentado de miel que sustituye al vino para la elaboración de salsas y reducciones aportando un sabor suave y equilibrado. Otro tratamiento interesante es la abolición de la sal refinada. La razón es que la sal refinada pierde 84% de sus elementos. En su cocina solo se usan sales naturales. Algunos ejemplos; la crostata de foie gras con sal ahumado a frío al chardonnay, las vieiras marinadas con murray river flake, una sal australiana ligeramente rosada de sabor muy delicado, o el carré de cordero con brasato de judías blancas y sal Alaea, hawaiana, muy marcante, mezclado con argila da una coloración roja, mineral de sabor a hierro. Al comando de los vinos, el entregado y apasionado sumiller Benedito Filho, que ofrece un servicio impecable. La carta de vinos está seleccionada por el cantante y gourmet, Ed Motta. Emiliano es así, un concepto exclusivo donde los detalles son la esencia de su personalidad, donde todo está pensado para, agradar al hospede.