Colonia Galesa
Los poetas de la Patagonia
Disfrutar de la compañía de un galés. Disfrutar de la compañía de un argentino descendiente de galeses. Es posible en muchos sitios, por ejemplo, en la Patagonia Argentina.
En 1865, llegaron a las playas patagónicas un grupo de 132 galeses a bordo del bergantín ‘La Mimosa’.
“Crónicas de la Colonia Galesa en la Patagonia” escrita por uno de sus tripulantes, el Reverendo Abraham Mathews, relata: “ fue un profundo ideal nacionalista el móvil que impulsó a un grupo de galeses a soñar en buscar una tierra donde salvar su lengua y su cultura ante el continuo avance inglés”.
Asentada en la provincia del Chubut, provincia sureña que tomó su nombre del río principal (antiguamente llamado ‘chupat’ en lengua tehuelche) y a 13 Km de Trelew, se encuentra Gaiman, una de las colonias galesas que pueblan hoy la Argentina.
Círculo de casas de té
Tomando por la ruta nacional Nº25 se llega a la localidad de Gaiman. También se puede acceder por la ruta Nº 7 que bordea las chacras.
Decorando la plaza principal encontramos dos casas de té fundacionales, Plas Y Coed y Ty Nain.
Mirna Jones es la amabilísima dueña de Ty Nain; nieta de uno de los primeros colonos que poblaron Gaiman. En su casa de té no sólo se puede disfrutar del servicio tradicional sino de la visita al museo; Mirna cuenta allí con un centenar de objetos que hicieron al vivir diario de sus antepasados.
Bordeando la bifurcación del río Chubut encontramos Ty Gwyn y Ty Cymaraeg.
Hacia el SE, cruzando el puente histórico y al final de un pedregoso camino protegido por eucaliptus, tamariscos, ciruelos y álamos plateados se llega a Ty Te Caerdidd.
La presentación del servicio es sumamente acogedor, música celta encanta el ambiente; el pan, tortas, tartas y scons llegan para sumarse a la manteca y dulces caseros. Un adorable juego de porcelana espera por la reina de la mesa, la tetera, que termina de embellecerla protegida con un cobertor tejido a mano.
Una simpática costumbre de las casas de té es la de ofrecer a sus visitantes los trozos de pasteles que no consumieron durante el servicio.
Sergio Sepiurka y Jorge Miglioli, autores de “La ruta de los galeses en la Patagonia”, desentrañan el porqué: cuando los galeses se reunían a tratar los asuntos de la colonia, convergían en un punto central, la capilla vieja. Como iban a pasar el día lejos de su casa, las mujeres preparaban tartas y tortas para la extensa jornada. Terminado el día, los galeses se repartían los sobrantes para compartirlos con parte de la familia que quedaba en el hogar.
Años después ésta costumbre se convirtió en un servicio para los visitantes.
Las dulzuras galesas, llamadas tortas de plato son: tarta de crema (teisen hufen), tarta de manzana (teisen afalau), torta de corintos (teisen gyrrans) y torta de ruibarbo (teisen riwbob). También se destacan por la elaboración de scons (sgons) y la famosa torta negra (teisen du).
Tódo esto se puede degustar en las casas de té y también en el Eisteddfod, fiesta que se efectúa desde 1876 cuando los primeros colonos se reunieron a contar vivencias y sucesos regionales por medio de la poesía y el canto.
Torta Galesa
De la famosa Torta Galesa, conocida también como Torta Negra, Blake Cake, Teisen Du ó Teisen Briodas, existen muchas variantes.
En una publicación sobre comidas típicas de la colonia se detallan siete recetas distintas. Algunas prefieren azúcar negra en lugar del caramelo; también varía la proporción de manteca y el reemplazo del cognac tradicional por vinagre de manzana o ron.
Las especias -que le otorgan ése aroma exquisito y característico- son las mismas: nuez moscada, clavo de olor, canela y jengibre. En sólo una de ellas se aconseja la incorporación de compota de manzanas.
Para Tedi Williams, autor de la torta galesa TOW, una de las más exquisitas y famosas de la región, dos características son indispensables: el color dado por el alto porcentaje de azúcar negro y la cantidad justa de frutas (tanto confitadas como secas) utilizadas en su elaboración.
Pero...¿ y la receta original?. Bien, como cada lugareño dirá que es la propia no no hay problema ni apuro, así tendremos tiempo de seguir degustándola en cada hogar de la colonia.