Gastronómica Berlanguiana
Luis García Berlanga reflejó en sus películas una visión valleinclanesca de lo más típico de España, incluida su Gastronomía. Era un gourmet y un erotómano, pero ni la culinaria ni el delirio erótico habían sido nunca temas centrales en la extraordinaria obra cinematográfica de este gran director que acaba de dejarnos. Una y otra, aparecían en sus películas de forma tangencial, pero con una carga crítica fulminante. Quizá en el largometraje donde mejor se refleja la cuestión gastronómica sea Moros y cristianos (1987), donde una familia, propietaria de una fábrica de turrones, se desplaza hasta Madrid para promocionar sus productos en un Congreso Gastronómico, contra la voluntad del patriarca de la familia y creador de la empresa, don Fernando Planchadell (Fernando Fernán Gómez), que no cree que deba invertir en publicidad.
Otro momento glorioso de nuestra cocina, vista al trasluz de la evolución de la sociedad española a través de los siete pecados capitales, la filma García Berlanga en su llamada trilogía nacional, compuesta por La escopeta nacional (1977), Patrimonio nacional (1980) y Nacional III (1982). Son películas corales, como todas las suyas. Aun así, desde el punto de vista de una crítica política y social con la cocina de fondo, queremos destacar en este artículo al personaje interpretado porJosé Luis López Vázquez, el noble Luis José, inventor del Menú del Mundial 82. Se trata de un guiño al detestable menú turístico decretado en el franquismo.
En una de las escenas más valleinclanescas que se recuerden en el cine español, el berlanguiano personaje de Luis José coloca en una bandeja un vaso de cartón en el que vierte un engrudo de gazpacho andaluz pálido. Luego lo tapa y lo fija torpemente con un papel de celo. Añade al grotesco bodegón un plato de paella nada apetecible y una naranja, creo, que simbolizaba a Naranjito, la mascota del acontecimiento deportivo. Acto seguido, le pide a su padre el Marqués de Leguineche (Luis Escobar), noble rijoso que colecciona botecitos de vello púbico, el dinero necesario para ir a patentar la idea. Idea fallida, porque si de tal palo, etc., el dinero de la promoción acabe en una Sala X, muy de moda por entonces.
La erotomanía era otra de las características del gourmet García Berlanga. En 1977 creó y dirigió la Colección La Sonrisa Vertical de la editorial Tusquets, dedicada a la promoción de la novela erótica. Otro personaje relacionado con la gastronomía que tuvo unos pequeños, mas inolvidables, papeles en esta serie fue el crítico gastronómico y pornólogo Xavier Domingo, que interpretaba el papel de un Profesor de Cocina.
“Más paella y menos libertad”, gritan sus presos de Todos a la cárcel. García Berlanga tenía un humor especial. Berlanguiano, ha propuesto el también director José Luis Borau a la Real Academia Española de la Lengua. Creemos que es el adjetivo que mejor define a Luis García Berlanga.
La familia ha declarado que el gran director murió tranquilo, mientras dormía, después de haber cenado una tortilla de patatas. Mañana, tortilla de patatas para todos. In memoriam.