Permítanme la irreverencia, quizás osadía, de hablar del servicio, de las atenciones, de la SALA, de un restaurante vanguardia total como es Aponiente, y no hacerlo de su patrón, Ángel león, Dios de...
Al fondo del pueblo, en zona peatonal próxima a la boca del puerto de Pasajes, se encuentra esta simpatica casa de comidas, que nos traslada en el tunerl del tiempo a los años sesenta del siglo pasado. Un local humilde y cutre, con estanterias de tienda de alimentación incluida, sin manteles, que alberga siete u ocho mesas donde diariamente comen unas 20 y nunca más de 30 personas, que previamente han reservado. El menú, salvo encargarlo previamente, lo fija la casa y cuesta 15 €. Hemos dicho bien, 15 € que dan para cinco platos y postre. 15 € para una entrada y cuatro platos de pescado, que se adquieren en la lonja local, lo que permite una tarifa de saldo, un verdadero chollo, que hace difícil optener una mesa. La sensación de lo que se paga por lo que se recibe es de ser agraciado con un premio millonario.
Si hubiese alguna duda, digamos que los géneros provienen de la cercanísima lonja de Pasajes, del mismo día, y que las raciones, además, son generosas. La fritura, sin alardes de nada, está más que bien. En consecuencia, generos vivos hechos con atino y un costumbrismo que a todos, absolutamente todos, gusta y hasta encanta. El nombre de los protagonistas depende de la oferta y la demanda, de lo que traigan los barcos y se subaste a tarifas comedidas. Por ejemplo, anchoas, soldaditos, calamares y rape...ese es un menú habitual, siempre frito atinadamente, según la tradición, sin ninguna sensación aceitosa, con una populachera ensalada de tomate con piparras o guindillas y atún, además de aceite y un sucedaneo de Modena. Uno sale dando brincos. Y si quiere introducir pescado con mayúsculas u otros lujos, solo hay que avisar a Maria Luisa Arregui, siempre dispuesta a decir sí sin hacer ninguna concesión; la casa tiene su identidad y "protocolos".
Un 10 en su género. Único.