a Raimundo García del Moral

Leo, releo y vuelvo a leer el último artículo de Raimundo García del Moral. Me hace gracia, sinceramente. Raimundo, ¿me podría usted decir en qué categoría se incluiría? ¿En la de crítico o comentarista? Mejor aún, despleguemos el abanico de los “sinónimos”. ¿Qué tal “científico gourmet”? ¿Qué tal “amigo de sus amigos”? Me hace relativa gracia, por no decir pena, que usted se dedique a pontificar sobre lo que es un cronista o un crítico.
Cuando a Su Señoría le interesa avala el trabajo de Dani García. En ese momento está desempeñando el papel de “amigo de sus amigos”.
Cuando a Su Señoría le interesa echa por tierra los destilados de Joan Roca. En ese momento está desempeñando el papel de “científico gourmet”.
Cuando a Su Señoría le interesa magnifica el trabajo de ese bareto llamado FM. En ese momento está desempeñando el papel de “cronista” cual trobador.
Cuando a Su Señoría le interesa destroza el trabajo de Toño Pérez en Atrio. En ese momento está desempeñando el papel de “crítico”.
Simplemente le pedimos a usted, un hombre tan sabio, un mínimo de coherencia. Llevar una doble vida es muy duro, una triple vida muy complicado, pero una cuádruple vida en gastronomía debe ser algo más que curioso por lo menos. Aunque eso sí, en algo estoy de acuerdo. Deben ser los cronistas gastronómicos, véase el ejemplo de Filip Regol, considerados críticos. Ni mucho menos, por favor. El que una persona recorra ciertos restaurantes al cabo de un tiempo no le otorga la potestad de enviar correos electrónicos de carácter masivo. No tengo el privilegio de estar incluido en la libreta de direcciones de este tal Filip Regol, aunque un amigo mío sí. Él me los reenvía. Nos reimos mucho. Es el nuevo Bin Laden de los talibanes gourmets. No quiero ofender. Es simplemente un consejo. ¿No se dará cuenta de que mientras él va pontificando por escrito el resto de sus receptores se tronchan de risa frente a sus ordenadores? Eso, claro está, en el mejor de los casos. Sé que hay algunas p!
ersonas que lo llevan al “trash” directamente. Raimundo, perdone usted esta ingerencia. Muchas gracias por su tiempo. No sé si el director de esta página web decidirá publicar esta carta en la que hago referencia a una de sus plumas. Atentamente.

Roberto Aytés
Valladolid