El timo de la pizza, Sr. Agulló.

Leo con asombro el artículo "Pizza y dos cojones" publicado por D. Xavier Agulló. Si no hubiera ido a Llivia y si no hubiera comido en su restaurante, estaría ciertamente atraido por la posibilidad de encontrar algo verdaderamente especial. Pero ¡qué lástima! he tenido el infortunio de sentarme a la mesa del D. Fabián Martín.
La estética del local es absolutamente "kitsch": manteles de hule estampados con dibujitos de colorines, vasos de "Duralex", servilletas de papel. Cinco o seis mesas y cocina vista. Servicio de mesa voluntarioso, pero nada profesional. Efectivamente, la carta de vinos está provista de un elenco de marcas de reconocido prestigio internacional. Pero, señores, yo no me arriesgaría a que me sirviera un champagne Salon una señorita que, eso sí, con una sonrisa, me tira a la mesa los platos de mi comanda. Además, sinceramente, para acompañar una pizza a mí no me sale beberme un La Turque de Château D'Ampuis 1994 o lo que tenga en carta este buen hombre.
Y vamos con la pizza: no sé si el Sr. Agulló ha estado en otro restaurante, pero yo no ví ninguna pizza de 9 €. Por la más barata había que soltar 25 €. Ganar un concurso en 2004 en Nueva York no da derecho al atraco a mano armada. La pizza "Taller" que es la que yo tomé estaba buena; ojo, buena, nada más. Y ¡25 €! 4.000 pelas Por 25 € tengo un primer plato de la carta de Le Petit Nice de Garld Passedat (nuevo 3*) Y qué quieren que les diga, la comparación es un insulto para el Sr. Passedat. Pero, claro, como D. Fabián colabora con los Sres. Adriá, el Sr. Agulló queda deslumbrado. Este pizzero probablemente no trabajaría ni de commis en El Bulli. Lo dicho, un timo insostenible y, además, con pretensiones.

Juan Luis Forcada
Alicante