Las morcillas de este pueblo, situado entre Osorno y Saldaña, de tan sólo ocho habitantes, producidas por la familia de Pablo, que suma la mitad del censo, es famosísima en la provincia, donde, exclusivamente, venden los 25.000 kilos que producen al año, eso sí, en más de ochenta establecimientos. Estamos ante una morcilla de cebolla, probablemente la mejor morcilla de cebolla del país, pues la liliácea, de la variedad horcal, alcanza el 80% del total de ingredientes, correspondiendo un 10% al arroz y el resto a sangre de cochino, pimentón de La Vera, pimienta blanca, orégano y sal, además de manteca y tocino, ambos de cerdo ibérico, lo que habla bien a las claras de la nobleza de los productos en liza.
Sabor excelente, ciertamente suculento, dulce, picante y cárnico; aromatización excitante y precisa y jugosidad plena, no exenta de un fondo graso.