Que los cocineros y los restaurantes suelen mantener una “impostura total” es uno de los pocos pensamientos que compartia con mi añorado Santi Santamaría.
Si hubiese sabido de las últimas (es)cenas de Judas que han protagonizado ante su tumba sus enemigos, cocineros de postin y periodistas, que le quesieron tapar la boca, marginar, que le vetaban, que incluso le insultaban en privado, y no estamos hablando de Ferran Adrià, que posiblemente sería el único con motivos, jamás lo hubiese consentido. Estoy seguro; en ningún caso.
Tus enemigos te han profanado, insolentemente, Santi Santamaría, una vez más, con una farisaica, farisaica, farisaica actitud.
Tenías razón Santi, son la impostura total. ¡Qué fotos! Para no olvidar.